?AVIVANDO LA LLAMA? ?ORAR PARA TRIUNFAR ?

?Oración – Día 24

Nehemías 1:4 RV60 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

En la cápsula anterior, vimos cómo Nehemías, pese a tener un gran estatus social y estar en una posición privilegiada en la corte del rey de Persia, antepuso por encima de todo otro Reino: el eterno; haciendo suyos los proyectos de Dios, preocupándose por ellos, orando y trabajando sin tregua por conseguirlos hasta lograr el éxito.

Después de enterarse de cuán mal estaban los judíos que regresaron a Jerusalén y que los muros y las puertas de la ciudad estaban destruidos, Nehemías se sentó, lloró e hizo duelo por algunos días; también ayunó y oró.

Sabía que una ciudad sin muros y sin puertas era una ciudad desprotegida, una presa fácil para los enemigos. ¿Qué necesitaba para reconstruirlos? ¿Cómo un copero del rey podría liderar semejante obra de ingeniería? Quizá fueron las preguntas que se planteó en esos días de lamento y meditación.

En la oración de Nehemías que se encuentran en los versículos siguientes al versículo clave de hoy (vs 5-11), vemos algunas características que denotan:

1. Reverencia completa al “Dios de los cielos” (vs 5)

2. Humildad, sumisión y perseverancia (vs 6)

3. Conciencia de pecado y arrepentimiento del mismo (vs 7)

4. Conocimiento profundo de quién es Dios y de sus promesas (vs 8 y 9)

Concluye con una petición específica: “Concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.” (Nehemías 1: 11).

Esto demuestra que Nehemías no solo oraba en espíritu, sino con inteligencia y diligencia; había elaborado un plan y una estrategia para conseguir su objetivo y Dios lo capacitaría sobrenaturalmente para lograrlo con creces.

¿Estamos anteponiendo el Reino de Dios al sistema de valores de este mundo? ¿Oramos en espíritu y con inteligencia? ¿Creemos que Dios nos capacitará, aunque no estemos preparados?

Follow by Email
Instagram