?AVIVANDO LA LLAMA? PROMESAS

?Oración – Día 11
2 Corintios 1:20 (RVR60) “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”
Cuando leemos la Biblia nos encontramos con una gran cantidad de promesas en ella. Una parte de las promesas de Dios están dirigidas al pueblo de Israel, otra a la simiente de Abraham; de la cual, según el nuevo pacto, nosotros los que ponemos nuestra fe en Jesucristo formamos parte.
Las promesas de la Biblia, así como todo lo escrito en ella ha sido y será cumplido. Si no vemos la manifestación de la promesa en nuestras vidas no estamos caminando en la dirección correcta. Por lo tanto, hay que identificar en principio cuáles son esas promesas y aquellas áreas de nuestra vida en la que no estamos recibiendo las bendiciones de estas promesas.
Lo que generalmente sucede es que estamos acostumbrados a poner nuestra fe en casi cualquier cosa menos en Jesucristo, desde siempre nos hemos acostumbrado a poner nuestra fe en las personas; sean familiares, amigos, o en entidades; gobierno, trabajo, respectivamente y como algunos ejemplos.
Poner la fe en Jesucristo y vivir por fe debe ser un objetivo ineludible para un cristiano. Toda la escritura nos exhorta a poner nuestra fe en Dios y ser totalmente dependientes de Él. Esto evidentemente no implica ser holgazanes y desentendernos de todo asunto. Significa ser siervos diligentes en todo lo que hagamos, porque todo lo que hagamos debe ser para la gloria de Dios. Y trabajar para Su gloria debe ser siempre con diligencia.
Obtener Sus Promesas significa por nuestra parte velar porque todo pensamiento de nuestra vieja naturaleza que confiaba en los demás o en nuestras propias fuerzas debe ser identificado y llevado cautivo a Cristo (2 Corintios 10:3-5). Significa cambiar si es necesario todos y cada una de las creencias con las que hemos vivido y que no nos han dejado más fruto que desesperanza y sufrimiento.
Solo la Palabra de Dios tiene el poder de cambiar su vida y usted es bendecido por Sus Promesas porque éstas están fundamentadas en los méritos de Cristo y recuerda que todas las promesas de Dios son en Jesucristo sí y amén.

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