SALMO 27:13,14 Yo sé que veré tu bondad, mientras esté aquí en la tierra de los vivientes. Espera al Señor; Él acudirá. Sé valiente, resuelto y animoso. Sí; espera, y Él te ayudará. (NBV)

De la importancia de ver los obstáculos como oportunidades y entender que, aprender a verlos así requiere tiempo, valentía, paciencia y fe.

Recordar ciertas verdades puede ayudar a nuestra perspectiva:

  1. Dios está en actividad. Mientras las barreras permanecen en su lugar y nuestra situación parece no cambiar, Dios está dirigiendo a las personas y a los acontecimientos para hacer avanzar su plan. El actúa en silencio, de forma invisible y de manera eficaz.
  2. Dios prepara el camino. Él ya ha decidido cuáles obstáculos quitará y cuáles dejará. Pero, para los obstáculos que dejará, el Señor dispondrá todo para que se ajusten a su plan. Lo que Él ha determinado se cumplirá.
  3. Dios requiere nuestra cooperación. Él quiere que estemos preparados para enfrentar situaciones difíciles. Por medio de su Palabra, Él nos comunica lo que necesitamos saber y nos prepara. (Hebreos 13:20,21)
  4. Dios está involucrado personalmente. Él quiere desarrollar en nosotros una mayor sensibilidad a su presencia. Mediante la Biblia, la oración y otros creyentes, podemos tener la seguridad de que el Señor está cerca.
  5. Dios da instrucciones claras. Él no crea confusión. Ya sea que recibamos su dirección en etapas, o toda de una sola vez, el Señor nos pide que confiemos en Él más que en nuestro propio razonamiento (Proverbios 3:5,6).

¡¡¡Enfrentar los obstáculos implica valentía, paciencia y fe!!!

Se necesita valentía para aceptar la presencia de barreras,

movernos en sintonía con Dios y hacer lo que Él pida

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA PACIENCIA ES NECESARIA MIENTRAS ESPERO QUE DIOS ME PREPARE Y ME INDIQUE SU PLAN, Y QUE LA FE ES NECESARIA PARA QUE PUEDA CONFIAR A ÉL EL RESULTADO Y PUEDA OBEDECERLE; ENTONCES LAS DESARROLLARÉ Y APLICARÉ EN MI COTIDIANIDAD.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Shaddai, Dios Todo Suficiente y Poderoso (Génesis 17:1). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú me has enseñado y demostrado que siempre has tenido, tienes y tendrás cuidado absoluto de los que en Ti confiamos y en Ti creemos, los que hemos dejado nuestra voluntad a tu control, y que, además, como una madre que amamanta, nutres y satisfaces completamente a tu pueblo y tomas cuidado de todas sus necesidades. Es por eso y más que hoy vengo a tu presencia a decirte gracias, Dios mío, porque Tú sabes bien lo que tienes para mi, sé que tu voluntad para mi vida es buena, perfecta y agradable, por lo tanto, la aceptaré y asumiré como Tú la has diseñado. No permitiré que los obstáculos desvíen mi atención y me hagan creer que ya no hay salida, pues en Ti siempre hay oportunidades que vienen con ellos. Buscaré la oportunidad que hay en cada problema que se me presente. En tus manos está el control de mi vida, ¿Dónde podría estar mejor? gracias por tu amor y tu dirección. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amen!

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