ROMANOS 8:1,2 (NTV) Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; y porque ustedes pertenecen a Él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte.

Existen 5 libertades que tenemos en Cristo, pero la principal es que somos libres de la culpa y, por lo tanto, de la muerte eterna.

¡¡¡Al recibir a Jesús como Salvador y reconocerlo como Señor de nuestra vida, tenemos libertad, esa que trasciende las libertades humanas deseadas en este mundo, proporcionando paz en esta vida y libertad con Él eternamente!!!

Y son cinco libertades en Cristo, que podemos disfrutar y de las que debemos estar conscientes, pues con esas libertades viene la responsabilidad de tener un comportamiento apropiado y no desviarnos de los caminos de Dios; veamos:

  1. Somos libres de culpa. Jesús la asumió toda y la llevó a la Cruz. Gracias a su muerte y resurrección fuimos librados de todo pecado. Al pedirle que viva en nuestro corazón, tenemos la oportunidad de una nueva vida y la seguridad de la vida eterna. Libres de culpa porque fuimos redimidos por Él. (Romanos 8:1,2)
  2. Somos libres de la muerte eterna. Con Jesús tenemos el regalo de vida eterna, que no merecemos, pero que Él nos concedió en el momento que lo recibimos como nuestro Salvador. La muerte ya no tiene poder sobre nosotros, porque como Cristo resucitó, viviremos con Él por toda la eternidad. (Romanos 6:23)
  3. Somos libres del temor. Si hay algo que Dios no quiere es que tengamos miedos y temores. Por eso, en la Biblia aparece la frase “no temas” 365 veces, una por cada día del año. Y es que vencemos el temor al tener presente que nuestro Dios es Todopoderoso. Nos ama y nos protege. (2 Timoteo 1:7)
  4. Somos libres con acceso directo a Dios. Cuando se rompió el velo que dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo en el Templo al morir Jesús, se nos dio acceso directo a Dios. Ya no tenemos que hacer ningún ritual ni sacrificio para comunicarnos con Él. Es un privilegio que no debemos dar por sentado, podemos acercarnos a la presencia de Dios. (Hebreos 10:20)
  5. Fuimos liberados del dominio del pecado. El pecado ya no tiene más poder sobre nosotros gracias a la redención que por gracia Dios nos dio en Jesús. Por su sacrificio tenemos perdón total de nuestras faltas, y con Él en nuestras vidas seremos guiados por sus caminos y no nos soltará ya más. Gracias a ello, podremos tomar mejores decisiones. Su Espíritu vive en nosotros y nos ayuda a hacer su voluntad. (Colosenses 1:13,14)

CONFESIÓN DE FE:

SOLO CUANDO RECONOCEMOS A JESUCRISTO COMO SALVADOR Y SEÑOR DE NUESTRA VIDA, Y RENDIMOS Y SACRIFICAMOS TODO A Él, PODEMOS VIVIR REALMENTE EN LIBERTAD; ASÍ QUE YO LO HARÉ GUSTOSAMENTE Y CONVENCIDO DEL FRUTO PODEROSO QUE ESTO PRODUCIRÁ EN MI VIDA.

ORACIÓN:

Elohim Yishi, mi Señor Jesucristo, Dios de mi Salvación (Salmo 25:5). Sé que la salvación está en una persona, en Ti Cristo, no en un sistema de creencias, de buenas obras o de leyes por cumplir. Sé que la naturaleza y voluntad tuya, mi Señor, es salvar lo que se había perdido. Por eso creo que la salvación debe ser personal y que Tú eres el Dios de mi salvación. Gracias Padre Celestial por poner al alcance de nuestra fe y convicción, un plan de salvación tan sencillo, que no contempla nuestro desempeño sino el de tu amado Hijo Jesucristo en la Cruz del Calvario, quien murió allí por nosotros, liberándonos verdaderamente y de una vez por todas. Gracias mi Señor, Salvador y Libertador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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