JUAN 1:9-12 Aquel que es la Luz verdadera, quien da luz a todos, venía al mundo. Vino al mismo mundo que Él había creado, pero el mundo no lo reconoció. Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron; pero a todos los que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. (NTV)
❅ Esta Navidad es una buena oportunidad para que demos a conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y entonces otros por fin puedan conocer a su Salvador.
Nadie es perfecto. ¡Eso es un conocimiento bastante común! He conocido a miles de personas durante toda mi vida, y nunca he conocido a nadie que afirmara estar libre de pecado. Es difícil estar a la altura, inclusive de nuestros propios estándares, y mucho menos de los de Dios, pues todos tenemos defectos, y todos en algún momento fallamos. Es por eso por lo que se hace necesario conocer a Jesús, el Salvador que vino a nacer para posteriormente morir por nuestros pecados. El Cielo es un lugar perfecto, sin tristeza o enfermedad. ¡El Cielo está más allá de nuestros sueños más salvajes! El Cielo es perfecto, pero nosotros no lo somos. Si Dios permitiera que personas imperfectas entraran al Cielo, entonces no sería un lugar perfecto. Si Dios nos dejara entrar al Cielo, con todas nuestras imperfecciones, entonces el Cielo no sería mejor que la Tierra, pero Dios tenía un plan:
¡¡¡Dios vino a la Tierra en Navidad!!!
Él envió a su Hijo, Jesucristo, a vivir una vida perfecta en nuestro lugar; y luego murió para pagar por todos nuestros pecados, para que nosotros no tengamos que hacerlo, entonces podemos ir al Cielo simplemente confiando en Él
¡Qué trato! Cuando confías en Jesús como Salvador llegas a ser parte de la familia de Dios, y esa familia va a durar para siempre. Dios nos creó a todos, nos ama a todos, tiene un propósito para todos. Pero Dios solo es el Padre de aquellos que lo reconocen como tal, que eligen convertirse en parte de Su familia cumpliendo con el requisito:
❅ Creer en el Hijo que envió en Navidad. Esa es la condición.
Dios nos hizo, pero también nos salvó. La razón por la que vino en Navidad fue para luego morir por todos nuestros pecados. No puedo pensar en una mejor razón para darle tu enfoque y devoción. Confía en Jesús como tu Salvador hoy.
❅ ¿Qué mejor momento que la Navidad para confiar en Jesús como tu Salvador?
Si estás listo para comprometer tu vida con Él hoy, entonces haz esta confesión:
CONFESIÓN DE FE:
AMADO SEÑOR JESÚS, HAS PROMETIDO QUE SI CREO EN TI, TODO LO QUE HE HECHO MAL SERÁ PERDONADO, APRENDERÉ EL PROPÓSITO DE MI VIDA Y ALGÚN DÍA ME ACEPTARÁS EN TU HOGAR ETERNO EN EL CIELO. CONFIESO MI PECADO, Y CREO QUE TÚ ERES DIOS, MI SALVADOR, Y TE RECIBO EN MI VIDA COMO MI SEÑOR. HOY, ESTOY ENTREGANDO CADA PARTE DE MI VIDA A TI. QUIERO SEGUIRTE Y HACER LO QUE ME DICES QUE HAGA.
ORACIÓN:
Dios y Señor Nuestro, Elohim Yishi, Dios de mi Salvación (Salmo 25:5). Mi amado Señor y Salvador Jesús, hoy sé que la salvación está en una persona, en Ti, no en un sistema de creencias o de buenas obras, y que viniste para salvar lo que se había perdido. Hoy estoy agradecido por tu nacimiento, pero también por tu amor sacrificial que hace posible que me una a Ti, a Dios Padre y al Espíritu Santo en el Cielo. Sé que no me lo merezco, y por eso les agradezco que no tengo que trabajar para ganar mi salvación, porque sé que eso es imposible. Quiero usar el resto de mi vida para servirte en lugar de servirme a mí mismo, llevando a cabo con denuedo la misión de búsqueda y rescate que me encomendaste, y no solo para esta Navidad sino para siempre. Mi Señor Jesús, humildemente te entrego mi vida, te pido que me salves y me aceptes en tu familia; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!