ABUNDANCIA

FILIPENSES 4:12,13 Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! (RVA’15)

De cómo saber vivir en la abundancia, para poder pasar a la sobre abundancia que Dios promete a los obedientes. (Malaquías 3:10)

Hay muchos que saben vivir sin nada, pero no han aprendido a vivir en abundancia. Cuando ellos llegan a la cima sus cabezas se marean y están listos para caer. Muchos deshonran su profesión en la prosperidad y no en la adversidad. Es una cosa peligrosa ser próspero.

El crisol de la adversidad es un ensayo menos severo para el cristiano que la abundante olla de prosperidad

¡¡¡Que estrechez de alma y que negligencia en las cosas espirituales vienen tan cerca del perdón y las generosidades de Dios!!!

En el pasaje que estudiamos hoy el Apóstol Pablo nos instruye en el hecho de que él conoció como vivir en la abundancia, pues cuando tuvo mucho, supo cómo usarlo. La gracia abundante lo sostuvo en la prosperidad abundante, por eso pudo decir:

“En todas las cosas yo he sido instruido, tanto para estar lleno como para tener hambre”.

Es una lección Divina para saber cómo estar lleno, los Israelitas estaban llenos una vez, pero mientras la carne estaba aún en su boca, la ira de Dios vino sobre ellos. Abundancia de pan ha traído frecuentemente abundancia de sangre, y ha traído también perversidad de espíritu. Pidámosle al Señor que nos enseñe “como estar llenos”, y entendamos que Él nos enseñará, a través de las lecciones preciosas de su bondad, a manejar los momentos buenos, los de abundancia que lleguen a nuestra vida, para que no permitamos que se maree nuestra cabeza y sucumbamos ante ella.

Debemos concientizarnos de que es más difícil aprender a estar llenos que aprender cómo tener hambre. ¡Que no nos atropelle la abundancia!

CONFESIÓN DE FE:

HOY NO QUIERO ESTAR LLENO Y OLVIDARME DE DIOS. DE NADA SIRVE ESTAR SATISFECHO EN LA TIERRA, Y VIVIR EN ABUNDANCIA, PERO SIN EL CONTENTAMIENTO DEL CIELO. POR TANTO, HOY DECIDO APRENDER LA LECCIÓN DE PABLO PARA QUE LA ABUNDANCIA NO ME ATROPELLE.

ORACIÓN:

Padre nuestro que estás en el Cielo, Jehová Jireh, Dios que provee (Génesis 22:14). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú, Señor de señores que todo lo ve y está consciente de nuestros problemas y necesidades, Rey de reyes que se ha comprometido a proveer por las necesidades de tu pueblo, ese eres Tú. Por eso gracias quiero darte hoy, porque en Ti puedo aprender las lecciones de la dificultad y las lecciones de la bonanza. Sé que para nuestra naturaleza humana es más difícil aprender a manejar los momentos de abundancia que los momentos de escasez, por eso en este día llego ante tu presencia con humildad de corazón para decirte: mi amado Señor, enséñame hoy tus caminos, llévame de tu mano para que mi cabeza no se maree y sepa yo cómo administrar la abundancia, para que ella no me atropelle. Gracias, mi Señor Jesús por tu provisión abundante y permanente; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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