ASIDOS

SALMO 139:7-10 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás tú; si en el Seol hago mi cama, allí tú estás. Si tomo las alas del alba y habito en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra. (RVA’15)

Muy a menudo nos sentimos solos, pero siempre hay alguien dispuesto a tomarnos de la mano, a asirnos; cuanto lo necesitamos hoy en medio de las circunstancias.

Hay una hermosa historia de una enfermera con exceso de trabajo que escoltaba a un cansado joven a la cama de su paciente.

Inclinándose y hablándole alto al anciano paciente, ella dijo:

  • Su hijo está aquí.

Con gran esfuerzo, el anciano abrió sus desenfocados ojos, luego lentamente los volvió a cerrar. El joven apretó la envejecida mano en la suya y se sentó junto a la cama. Durante toda la noche estuvo sentado allí, asido de la mano del anciano y susurrando a su oído constantemente palabras de ánimo. Para cuando amaneció, el paciente había muerto. En instantes, el personal del hospital llenó la habitación para apagar equipos y remover agujas. La enfermera se puso al lado del joven y comenzó a ofrecerle sus condolencias, pero él la interrumpió.

  • ¿Quién era ese hombre? Preguntó el joven.

La asombrada enfermera contestó:

  • ¡Pensé que era su padre!
  • No, él no era mi padre, contestó él, nunca lo había visto en mi vida.
  • Entonces, ¿por qué no dijo nada cuando le traje a verle?
  • Porque me di cuenta de que necesitaba a su hijo y que su hijo no estaba aquí, explicó el hombre, y ya que estaba demasiado enfermo para reconocer que yo no era su hijo, supe que me necesitaba.

Deberíamos tener en cuenta, con mucha conciencia y amor, que nadie debiera tener que morir solo. De igual manera, nadie debiera tener que sufrir o llorar solo tampoco reír solo o celebrar solo, pues…

¡¡¡Fuimos hechos por nuestro amoroso Dios,

para transitar por el camino de la vida asidos de la mano de otros,

tal como Él lo hace con nosotros!!!

CONFESIÓN DE FE:

HAY ALGUIEN LISTO PARA TOMARNOS DE LA MANO HOY, Y ALGUIEN ANHELA QUE NOSOTROS TOMEMOS LA SUYA. RECORDARÉ ASIR LA MANO DE OTROS, TAL COMO EL SEÑOR JESÚS LO HACE CONMIGO, ESTE ES UN BUEN TIEMPO PARA ESO.

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mikarov, Dios que está Cerca (Jeremías 23:23). Mi amado Dios y Señor Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros, Tú eres Dios de amor y consuelo, que siempre estás con nosotros en toda circunstancia y lugar, tomándonos de la mano como un padre lo hace con su hijo, o un hijo con su padre en cualquier necesidad y circunstancia. Gracias quiero darte hoy por tu amor incondicional y porque sé que, asido de tu mano, podré sentir el aliento necesario para levantarme y transitar por los caminos de la vida con seguridad, y para andar asido de la mano de otros que quizás lo necesiten. Gracias Espíritu Santo de Dios por tu mano que me guía; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

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