Ayuna de palabras hirientes…
y transmite palabras bondadosas.
Ayuna de descontento…
y llénate de gratitud.
Ayuna de enojos…
y llénate de mansedumbre y paciencia.
Ayuna de pesimismo…
y llénate de esperanzas y optimismo.
Ayuna de preocupaciones…
y llénate de confianza en Dios.
Ayuna de quejas…
y llénate de las cosas sencillas de la vida.
Ayuna de juicios a otros…
y descubre a Jesús que vive en ellos.
Ayuna de egoísmos…
y llénate de compasión.
Ayuna de palabras…
y llénate de silencios para poder escuchar.
Si intentáramos estas formas de ayuno,
nuestra realidad se iría inundando de paz, amor y confianza.
ISAÍAS 58:2B-4 (NTV)
Me piden que actúe a su favor,
fingiendo que quieren estar cerca de mí.
“¡Hemos ayunado delante de ti! —dicen ellos—.
¿Por qué no te impresionamos?
Hemos sido muy severos con nosotros mismos,
y ni siquiera te das cuenta”.
“¡Les diré por qué!”, les contestó.
“Es porque ayunan para complacerse a sí mismos.
Aun mientras ayunan, oprimen a sus trabajadores.
¿De qué les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas?
Con esta clase de ayuno, nunca lograrán nada conmigo”.
¡¡¡Ayuno es una disciplina cristiana con dimensiones trascendentales;
por eso ayunar de ciertos hábitos o actitudes no es un ayuno extraño,
más bien puede ser el verdadero ayuno que se necesita!!!
Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,
y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida,
Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad
Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri