SALMO 119:1-8 (NTV) Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del Señor. Felices son los que obedecen Sus leyes y lo buscan con todo el corazón. No negocian con el mal y andan solo en los caminos del Señor. Nos has ordenado que cumplamos cuidadosamente tus mandamientos. ¡Oh, cuánto deseo que mis acciones sean un vivo reflejo de tus decretos! Entonces no tendré vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos. A medida que aprendo tus justas ordenanzas, te daré las gracias viviendo como debo hacerlo. Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo!
Buscarlo a Él es de verdadero valor para nuestras vidas, un valor que no se puede ni siquiera medir.
Y es que todos tenemos ambiciones y deseos, y aunque ellos no son necesariamente malos, debemos analizar nuestras prioridades:
✓ ¿Dónde invierto mi tiempo y mis energías?
✓ ¿Qué cosas o quiénes ocupan mis pensamientos?
Las respuestas a estas preguntas nos deben llevar a entender que:
¡¡¡Por más importantes que sean las responsabilidades y
las relaciones terrenales que tengamos, no pueden compararse
con el valor de una vida dedicada a buscar al Señor!!!
Primero que todo, pensemos en lo que significa buscar algo.
La palabra denota un fuerte deseo y una búsqueda enérgica para tenerlo. Suponga que usted descubrió una mina de oro en su propiedad, no daría una tranquila vuelta de vez en cuando para verla. ¡No! Se buscaría un equipo para explotarla, y cada día se afanaría por sacar el precioso metal de las piedras. De igual forma buscar al Señor Jesús no se trata de tener un encuentro fugaz y ocasional con Él, sino esforzarse al máximo por conocerle más íntimamente y seguirlo más de cerca; es por eso que:
1. Quienes buscan sin reservas esta clase de comunión con Dios, están decididos a pasar más tiempo con Él; quieren también abandonar todo lo que pueda ser un obstáculo para crecer en su relación con el Señor.
2. Quienes son seguidores fieles de Dios reclaman audazmente sus promesas y confían en que Él cumplirá su palabra. Sus experiencias con el Señor Jesucristo les dan una satisfacción grandiosa que hacen que cada día tengan más hambre y sed de Él.
3. Quienes le buscan con hambre y sed, pronto descubren que conocerle es la recompensa más grande de todas y así entienden el verdadero valor de buscar al Señor Jesucristo.
CONFESIÓN DE FE:
LA VIDA CRISTIANA HA DE SER UNA BÚSQUEDA PERMANENTE DE DIOS Y DISFRUTAR DE LA SALVACIÓN; MANTENERSE INACTIVO, SIN ACERCARSE MÁS A ÉL, ES PERDERSE LOS TESOROS QUE HAY A NUESTRA DISPOSICIÓN EN CRISTO.
ORACIÓN:
Dios Todopoderoso, Elohim Mikarov, Dios que está cerca (Jeremías 23:23). Amado Jesús, Dios y Señor mío, por gracia Tú estás cerca y al alcance de nosotros hoy en día, sin importar nuestra condición, así que este debe ser un factor que me llame a buscarte con ahínco, con persistencia y constancia, pues seguro habré de encontrarte, de hecho, ya ha sucedido y tu Presencia ha traído beneficios maravillosos a mi vida, una serie de tesoros que nunca habría podido imaginar. Es por eso por lo que hoy quiero darte gracias, mi amado Señor Jesucristo, y decirte que permaneceré en tu búsqueda, sin importar las circunstancias de espacio, lugar o condición en las que me pueda encontrar. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo por estar siempre cerca de mí; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri