ECLESIASTÉS 2:1-11 Me dije: “Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos ‘las cosas buenas’ de la vida!”; pero descubrí que eso también carecía de sentido. Entonces dije: “La risa es tonta. ¿De qué sirve andar en busca de placeres?”. Después de pensarlo bien, decidí alegrarme con vino. Y mientras seguía buscando sabiduría, me aferré a la insensatez. Así traté de experimentar la única felicidad que la mayoría de la gente encuentra en su corto paso por este mundo. También traté de encontrar sentido a la vida edificándome enormes mansiones y plantando hermosos viñedos. Hice jardines y parques, y los llené con toda clase de árboles frutales. Construí represas para juntar agua con la cual regar todos mis huertos florecientes. Compré esclavos y esclavas, y otros nacieron en mi propiedad. También tuve enormes manadas y rebaños, más que cualquiera de los reyes que vivieron en Jerusalén antes que yo. Junté grandes cantidades de plata y de oro, el tesoro de muchos reyes y provincias. Contraté cantores estupendos, tanto hombres como mujeres, y tuve muchas concubinas hermosas. ¡Tuve todo lo que un hombre puede desear! De modo que me hice más poderoso que todos los que vivieron en Jerusalén antes que yo, y mi sabiduría nunca me falló. Todo lo que quise lo hice mío; no me negué ningún placer. Hasta descubrí que me daba gran satisfacción trabajar mucho, la recompensa de toda mi labor; pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido; era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte. (NTV)
♥ De la inutilidad de la búsqueda de los placeres que no satisfacen para nada las expectativas de una verdadera vida gozosa y fructífera, lo cual tiene también mucho que ver con las relaciones que establecemos y los entornos en que nos movemos.
A la mayoría de las personas les gustan las vacaciones ya que se asocian con días soleados, visitas a alguna playa, deportes al aire libre y asados en una cálida noche al lado de buenas amistades. Sin embargo, no debemos asociar el disfrute de la vida solamente con una etapa estacional, ya que podemos disfrutar de buena comida, una conversación interesante, leer un buen libro y tener un rato de diversión, en cualquier época del año.
Debemos tener claro que el deseo de tener tiempos de diversión en la vida, no está mal, de hecho, Dios nos dotó de sentidos para que pudiéramos disfrutar del mundo que nos encomendó administrar
¡¡¡La cuestión es cómo y con quién disfrutamos esos tiempos!!!
El apóstol Pablo nos lo recuerda en este reconfortante pasaje:
“…Dios quien nos provee todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. (1 Timoteo 6:17 RVA’15)
Esto por supuesto incluye las cosas de las cuales hemos hablado anteriormente. Pero en lo que no debemos equivocarnos es en creer que encontraremos placer duradero en las personas o en las cosas temporales de este mundo, esa sin duda sería una búsqueda insatisfactoria. El gozo verdadero no se halla en las emociones temporales que ofrece este mundo, sino en la satisfacción perdurable que sólo obtenemos gracias a una relación constante y creciente con el Señor. De acuerdo con el pasaje que estudiamos hoy, el rey Salomón aprendió esta dura verdad debido a los errores que cometió al buscar placer en las cosas incorrectas.
♥ Y también lo afirmó al decirnos lo siguiente:
“Los que aman el placer se vuelven pobres; los que aman el vino y el lujo nunca llegarán a ser ricos.”. (Proverbios 21:17 NTV)
CONFESIÓN DE FE
SÉ QUE NADA DEBE TOMAR EL LUGAR QUE JESÚS DESEA TENER EN MI CORAZÓN, Y QUE UNA RELACIÓN CONSTANTE Y CRECIENTE CON JESÚS, SÓLO ES POSIBLE SI EN VERDAD LO BUSCO Y DESEO LOS TESOROS CELESTIALES POR ENCIMA DE TODO LO DEMÁS (MATEO 6:19-21); ENTONCES ASÍ LO HARÉ.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Simchat Gili, Dios la Alegría de mi exaltación (Salmo 43:4). Mi amado Rey y Señor, Jesucristo; estoy completamente convencido de que el gozo verdadero, el disfrute de la vida, solo se tiene cuando nos ajustamos a la voluntad de Dios, y que Tú eres la verdadera fuente de mi gozo, de la satisfacción profunda, es por eso que hoy puedo decir como el salmista: Envía tu luz y tu verdad, que ellas me guíen y me lleven a tu santo monte, al lugar donde Tú vives. Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi intenso gozo, de mi disfrute y te alabaré Dios mío. ¿Por qué estoy abatido? ¿Por qué estoy tan turbado? En Ti pondré mi esperanza, no cesaré de alabarte. Gracias mi Señor Jesucristo, pues hoy puedo decir que eres mi Dios y Salvador, y el único capaz de producirme una satisfacción profunda; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!