CAMINO EFECTIVO

ÉXODO 3:9-14 ¡Mira! El clamor de los israelitas me ha llegado y he visto con cuánta crueldad abusan de ellos los egipcios. Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel. Pero Moisés protestó:

  • ¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel? Dios contestó:
  • Yo estaré contigo. Y esta es la señal para ti de que Yo Soy quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, adorarán a Dios en este mismo monte.

Pero Moisés volvió a protestar:

  • Si voy a los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”, ellos me preguntarán: “¿Y cuál es el nombre de ese Dios?”. Entonces, ¿qué les responderé? Dios le contestó a Moisés:
  • Yo Soy el que Soy. Dile esto al pueblo de Israel: “Yo Soy me ha enviado a ustedes”. (NTV)

De la efectividad del camino de Dios. (Leer Éxodo 3:1-22)

Cuando nos rendimos ante el Señor dejándole conocer nuestra verdadera incapacidad, pero la buena disposición para llevar a cabo con valentía su voluntad y cumplir su propósito, esa debilidad es lo que nos hace útiles en sus manos, y así demostramos que toda la gloria le pertenece a Él.

Ante las dificultades, ¿con qué rapidez busca a Dios y sus caminos?

Cuando elegimos confiar y someternos al Señor…

¡¡¡Él actuará de manera extraordinaria en y a través de nosotros!!!

Moisés es un buen ejemplo. Después de intentar sin éxito rescatar a los israelitas con sus propias fuerzas, huyó y pasó cuarenta años en el desierto. En ese tiempo, su orgullo, su confianza en sí mismo y su voluntad propia fueron quebrantados. Humillado, ahora era alguien que Dios podía utilizar para lograr la liberación de los esclavos de Egipto.

A través de Moisés, el Señor demostró las maravillas que podía hacer por medio de una persona rendida a Él:

Dios rescató a su pueblo sin necesidad de un ejército, una insurrección o una guerra prolongada. Lo único que necesitó fue la demostración de su gran poder.

Demostró la superioridad de su modo de proceder al sacar de la servidumbre a más de dos millones de esclavos con las riquezas de sus captores (Vs. 21,22).

Recibió toda la gloria al demostrar que solo Él es el Dios del Cielo y de la Tierra.

Nuestros fracasos del pasado nunca obstaculizan el propósito y la capacidad de Dios para utilizarnos, en realidad, nuestra debilidad es lo que nos hace útiles y demuestra que toda la gloria le pertenece a Él.

CONFESIÓN DE FE:

DEJARÉ QUE EL SEÑOR ME HAGA COMPETENTE, CONFIARÉ EN ÉL Y LE PERMITIRÉ CUMPLIR SUS PROPÓSITOS EN Y A TRAVÉS DE MI. SÉ QUE ÉL SUSTITUIRÁ MI TEMOR CON UN TRANQUILO ESPÍRITU DE FORTALEZA, AMOR Y VALENTÍA.

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, sé que Tú eres El Fuerte y deseas hacernos fuertes, a los que nos exponemos ante Ti. Es por eso por lo que cuando nos damos cuenta de que somos débiles o incapaces, entonces Tú puedes hacernos competentes cuando a Ti estamos unidos; y es el momento en que podemos decir como el salmista: El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? (Salmo 27:1 NTV). Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por ser el Dios de mi fortaleza, quien me capacita y me usa para sus propósitos. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

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