CHANCE

MATEO 27:50-54 Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron. Salieron del cementerio luego de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad de Jerusalén y se aparecieron a mucha gente. El oficial romano y los otros soldados que estaban en la crucifixión quedaron aterrorizados por el terremoto y por todo lo que había sucedido. Dijeron:

  • “¡Este hombre era verdaderamente el Hijo de Dios!”. (NTV)

Del chance, la oportunidad que tenemos de creer en Jesús como el verdadero hijo de Dios y su obra redentora en la cruz, la Verdad que nos hará libres ¡no lo desperdiciemos!

Estas personas, el centurión y los soldados romanos, torturaron y se burlaron de Jesús, no escucharon ni una palabra de las que Él dijo, simplemente ellos estaban tan llenos de sí mismos, y tan enfocados en su “ley”, que no le dieron una oportunidad, no les importó hacer un alto en la vida, escuchar y reflexionar sobre la vida y libertad que Él les ofreció. Sus corazones estaban tan duros ante la posibilidad de algo bueno y positivo, que no podían escuchar ni entender. No fue sino hasta que Jesús murió, hasta que la tierra se estremeció, se partió y se oscureció, que ellos finalmente admitieron lo obvio:

Que verdaderamente Él era el Hijo de Dios.

Qué tremendo, qué duro, qué devastador debió haber sido para estas personas, el darse cuenta de la Verdad que estuvo frente a ellos, que se les ofreció. Esa Verdad de la cual se burlaron y a la que torturaron, para luego terminar ellos torturados con una conciencia pesada, con remordimiento, con culpa y con el recordatorio constante de cómo pudieron haber sido sus vidas de haberse dado tan solo una oportunidad.

Tantos hoy en día son como el centurión y los guardas romanos, muy ocupados con sí mismos, enfocados en su diario vivir lleno de drama y dolor, con sus corazones tan duros que no ceden siquiera a darle una oportunidad a la Verdad. Lo que Jesucristo ofrece solo puede ser experimentado a nivel personal, es una experiencia sobrenatural de paz, gozo, libertad y esperanza. No puedo decirte como se siente o como sucede, tampoco puedo, ni voy a señalarte con el dedo, si decides no darle una oportunidad de mostrarte lo real que es Él. Sin embargo, si te animo a que le des una oportunidad, ríndete por completo ante Él, y te puedo garantizar que tu vida nunca más será igual.

Solo dale un chance a Jesús, pruébalo, no ignores lo que se dice de Él,

evita ese dolor que el centurión y los guardas sufrieron

¡¡¡Hazlo, date un chance, Él es real!!!

CONFESIÓN DE FE:

YO CREO QUE JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS, ÉL ES EL CAMINO AL PADRE, ÉL ES LA VERDAD Y LA VIDA, HE PODIDO EXPERIMENTAR EL GOZO Y LA LIBERTAD QUE BRINDA A LOS QUE EN ÉL CREEN; YO YA ME DI ESE CHANCE, DÁTELO TÚ TAMBIÉN, TE LO RECOMIENDO.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emet, Dios de la Verdad (Salmo 31:5). Mi amado Dios Padre nuestro, hoy quiero darte gracias por tu Hijo amado Jesucristo, pues por medio de Él nos diste el chance de tener una vida nueva, llena de paz, amor, gozo, libertad y mucha esperanza. Hoy clamo a Ti para que toques el corazón de los que todavía no se han dado un chance y tal vez estén leyendo este mensaje, para que le den a Jesús una oportunidad de demostrarles Su poder y Su amor, y así ellos mismos se den ese chance de conocer la Verdad que los hará libres y tener una nueva y mejor vida. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por ese chance que en la Cruz me diste; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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