SALMO 92:12-15 (NTV) Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano; trasplantados a la Casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios. Incluso en la vejez aún producirán fruto; seguirán verdes y llenos de vitalidad. Declararán: “¡El Señor es justo! ¡Es mi roca! ¡No existe maldad en Él!”.
♥ No importa la edad, Dios dice que podemos ser fructíferos hasta el último de nuestros días acá en la Tierra.
¡¡¡La felicidad verdadera y segura, la alcanzan los creyentes que honran a Dios y cumplen su propósito siendo fructíferos hasta el último de sus días!!!
✍🏼 El ministro y ensayista F.W. Boreham (1871-1959), nos dejó las siguientes palabras:
“Llegará el momento en que el breve día de mi vida se diluirá en el manto de la noche… las horas de mi ocaso vendrán… y luego, sé que, de la penumbra surgirá una aurora más clara que cualquier otro amanecer que jamás haya yo experimentado. De entre los últimos matices del ocaso surgirá un día como nunca antes haya yo conocido; y un día que me restaurará todo lo que los demás días me han arrebatado, un día que jamás se perderá en el crepúsculo”.
Estas poéticas palabras nos hacen meditar sobre el tiempo y su inexorable caminar, si todavía es joven y lleno de energía, le será difícil en este momento de su vida, entender los sentimientos que afligen a muchas personas mayores. En muchas ocasiones, envejecer trae consigo dolor y pérdida, y hasta algo de melancolía por los días del verano que jamás volverán y las personas que ya no nos acompañan; viven la misma realidad que afrontó David cuando dijo: (Salmos 37:25 NTV)
“Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan”.
Más lo que debe hacernos continuar nuestro andar de fe, no debe ser la edad, el blanquear de nuestras cienes, las fuerzas físicas que tengamos, o las habilidades con que contamos, lo que debe impulsarnos a seguir es saber que tenemos una deuda de amor con Dios, lo cual nos debe comprometer con su causa y sobre todo con saber que Él permanecerá fiel para hacernos fructíferos, sin importar la etapa de la vida por la cual estemos pasando. Nunca olvidemos las palabras de nuestro Señor Jesús:
“Y he aquí, Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. (MATEO 28:20 RVA’15)
♥ Sin importar la edad, mientras tengamos vida en este mundo, debemos servir al Señor con toda nuestra mente, corazón y fuerzas; pues Él mismo nos promete que de su mano seremos fructíferos hasta el último de nuestros días.
CONFESIÓN DE FE:
ME MANTENDRÉ FIRME EN LA CONVICCIÓN DE QUE YO SERÉ FRUCTÍFERO TODA MI VIDA SIN IMPORTAR LA EDAD QUE TENGA, PUES DIOS LO AFIRMA EN SU PALABRA Y EL SEÑOR JESÚS PROMETE ESTAR CONMIGO SIEMPRE PARA RESPALDARME.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Elohim Elohay, Dios de dioses (Deuteronomio 10:17). Mi amado Dios, Señor, Jesucristo, estoy plenamente convencido del poder que ejerces en mi vida para que sea efectiva y fructífera por siempre, por eso hoy vengo a tu presencia a darte gracias, y de manera especial por tu labor en mi vida llevándome a la convicción que produce en mí el carácter de ser un varón maduro espiritualmente, a la medida de la estatura y la plenitud del carácter de tuyo, que hacen que yo pueda ser fructífero y efectivo en mi vida cristiana, con base en el fruto de amor que el Espíritu produce en mí. Gracias Señor Jesús por tu presencia permanente y activa hasta el último de mis días acá en la Tierra; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!