EL ABUSO

1 PEDRO 3:8-11 (TLA) En fin, todos ustedes deben vivir en armonía y amarse unos a otros. Pónganse de acuerdo en todo, para que permanezcan unidos. Sean buenos y humildes. Si alguien les hace algo malo, no hagan ustedes lo mismo; si alguien los insulta, no contesten con otro insulto. Al contrario, pídanle a Dios que bendiga a esas personas, pues Él los eligió a ustedes para que reciban bendición. Porque, como dice la Biblia: “Los que de todo corazón deseen vivir y ser felices, deben cuidarse de no mentir y de no hablar mal de otros; deben hacer el bien, dejar de hacer el mal y vivir en paz con todos”.

El abuso está extendido en nuestro mundo. Constantemente surgen historias de personas infligiendo daño a otras, y desgraciadamente, pocas víctimas saben dónde buscar alivio y restauración.

La palabra “abuso” tiene un uso bastante generalizado en nuestros tiempos para describir cualquier tipo de ofensa o maltrato, pero el abuso genuino causa un daño tan grande que afecta a la persona a largo plazo. Es probable que usted conozca a alguien que necesita escuchar que Dios es un refugio para los que han sido víctimas de abuso, o a lo mejor esa persona sea usted mismo; entonces tenga en cuenta que:

¡¡¡El Padre Celestial es fiel para consolar a sus hijos y sanar sus heridas, y cuando su fortaleza nos sostiene, podemos reaccionar de manera correcta ante el abuso y el agresor!!!

  1. Dígale: Señor, ¿qué quieres que yo haga?

No hay una respuesta específica, ya que existen muchos tipos y grados de abuso. Dios sabe cuándo la respuesta correcta es marcharse, buscar consejo, quedarse y orar por el agresor, o proceder de otra forma. El Señor nunca le dirá nada que contradiga su Palabra.

2. Ore por el agresor.

Específicamente, pídale al Señor que le indique lo que motiva a esa persona a causar daño a otros. Testimonio anónimo: “Me gustaría haber orado de esta manera antes por mi padrastro, quien nos maltrataba físicamente a mi madre y a mí. Mi proceso de sanidad apresuró su marcha cuando, por fin, me enteré de que él había soportado un cruel trato de su padre. Un pasado duro no excusaba su proceder, pero fui capaz de sentir compasión por él, gracias al amor de Dios que obraba en mí”.

La tierna gracia de Dios cura las heridas del abuso y el maltrato; solo Él puede sustituir el resentimiento con la compasión, borrar el dolor de los recuerdos amargos, y dar a las personas abusadas un sentido de valía renovado.

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE POR NUESTRO REFUGIO EN EL AMOR DE DIOS, PODEMOS SALIR ADELANTE AUN EN CONDICIONES DIFÍCILES; PUES ÉL ME PUEDE SANAR DE CUALQUIER ABUSO O MALTRATO, Y ADEMÁS, DARME LA CAPACIDAD PARA PERDONAR A MI AGRESOR.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Sali, Dios es mi Roca (Salmo 62:7). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, estoy plenamente convencido de que Tú, El Todopoderoso, eres mi defensor, mi refugio, mi protector de todo ataque, maltrato o abuso. Por eso hoy quiero darte gracias Dios mío, pues Tú eres mi total sanador, sé que tu amor infinito e incondicional trabaja en mi como restaurador perfecto y permanente, así mi vida de amor, restauración, oración y perdón son una realidad que vivo diariamente y que practico en toda ocasión y circunstancia de abuso o maltrato. Gracias mi amado Jesús; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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