ENSEÑANZA & CRECIMIENTO

ISAÍAS 48:16,17 Acérquense y escuchen esto: desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería. Ahora, el Señor Soberano y su Espíritu me han enviado con este mensaje. Esto dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: “Yo Soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene y te guía por las sendas que debes seguir”. (NTV)

De la importancia de entender que Dios quiere que crezcamos hasta alcanzar la madurez, y es por eso que debemos ser enseñados por Él para nuestro bien.

Puede ser que a la mayoría de nosotros desde niños nos inscribieron en una escuela para que aprendiéramos muchas cosas, especialmente disciplina y conducta, es la educación y el conocimiento que nos ayudarían a descubrir los caminos a seguir para el momento en que fuéramos grandes, mayores o maduros. Pero tal vez no entendíamos muy bien el verdadero propósito de la escuela mientras fuimos niños. Cuando jóvenes aún no estábamos muy convencidos, pero finalmente, cuando llegamos a ser adultos, puede ser que comprendimos el verdadero significado de la educación. Sin embargo, por mi parte, aunque doy gracias por los momentos pasados en la escuela o el colegio y la universidad, ninguno de esos momentos es comparable con los instantes más preciosos que he pasado siendo enseñado por Dios. Si, el único Dios, Creador de todo cuanto existe, promete enseñarnos para nuestro bien.

El Señor Jesús es el Maestro por excelencia, el Maestro de maestros. Él nos enseña las lecciones precisas y concisas. Él no da vueltas por la vida ni hojea papeles para ver en qué gasta el tiempo mientras suena la campana del recreo. Él tiene todo lo exacto y preciso, todas sus enseñanzas son para nuestro bien y además nos guía en el camino que debemos seguir. El Señor siempre nos enseñará para nuestro bien y nos guiará por el camino correcto. Sus enseñanzas no son dadas en un aula, su salón de clase es la vida, la casa, la escuela, la calle, la oficina, el mercado, el carro, etc. Él no está confinado a un lugar. Jesús mismo enseñó debajo de un árbol, a la orilla de la playa o en las calles; y aún lo sigue haciendo.

¡¡¡Si de verdad queremos crecer y llegar a ser maduros espiritualmente, necesitamos estar dispuestos a escuchar las clases de Dios y participar en ellas, sabiendo que en el próximo instante podremos tener la mejor lección de nuestra vida!!!

No es nuestro camino, sino el camino de Él. No seremos especialistas en una materia, sino en la vida misma. Las lecciones de Dios para nuestra vida hoy, quedarán grabadas no en hojas de cuadernos, sino en las tablas de nuestro corazón y su Santo Espíritu escribirá con tinta que jamás se borra. No son lecciones para ser memorizadas, sino para ser entendidas y practicadas.

La enseñanza y dirección del Señor son perfectas y por supuesto que sus caminos para nosotros son rectos y productivos.

CONFESIÓN DE FE:

QUIERO SER POR SIEMPRE ALUMNO DE DIOS; QUIERO VERLO COMO MI MAESTRO Y SENTARME A SUS PIES PARA BUSCAR DE ÉL LA ENSEÑANZA PRECISA Y NECESARIA PARA LOGRAR LA MADUREZ EN TODAS LAS ÁREAS DE MI VIDA, ESPECIALMENTE EN LA ESPIRITUAL.

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Raboni, Maestro de maestros (Juan 20:16). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, gracias quiero darte hoy por tu sabiduría Divina, gracias por ser el Maestro de maestros, gracias por tu promesa de enseñarme para mí bien y de guiarme por el camino correcto. Hoy clamo a Ti, ayúdame Señor a caminar en ese sendero y a no ignorar jamás las lecciones preciosas que me das. Hoy lo que necesito es sensibilidad espiritual para no ignorarte y espíritu de sabiduría y revelación para encontrar esos tesoros que forjarán mi vida, y me llevarán a la madurez espiritual, por eso te pido que jamás la sumisión y el deseo de aprender de Ti se pierdan en mí. Gracias mi Señor y Maestro Jesucristo por tus maravillosas enseñanzas; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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