2 CORINTIOS 2:14-16 Así que, ¡gracias a Dios!, quien nos ha hecho sus cautivos y siempre nos lleva en triunfo en el desfile victorioso de Cristo. Ahora nos usa para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un fragante perfume. Nuestras vidas son la fragancia de Cristo que sube hasta Dios, pero esta fragancia se percibe de una manera diferente por los que se salvan y los que se pierden. Para los que se pierden, somos un espantoso olor de muerte y condenación, pero para aquellos que se salvan, somos un perfume que da vida. ¿Y quién es la persona adecuada para semejante tarea? (NTV)
♥ De como la resurrección del Señor Jesús hace que los que en Él creemos seamos la respuesta a esta pregunta, pues esto nos hace adecuados para que compartamos la fragancia de Cristo.
La Gracia de Dios no es solo para nosotros, sino también para bendición de quienes conocemos y amamos; por lo cual somos llamados a… ¡¡¡Compartir la Fragancia de Cristo!!!
Para bien o para mal, las actitudes son contagiosas; una mentalidad llena de amargura puede deprimir a otra persona, y una perspectiva llena de esperanza puede levantar a alguien. Todo lo que esté en el depósito de nuestro corazón se desbordará en acciones, conversaciones y compromisos con otras personas (Proverbios 4:23). Por eso, después de la salvación personal, Dios nos llama a la santificación, para que podamos dar su fruto y enriquezcamos las vidas de quienes nos rodean.
?? Cristo lo dijo de esta manera:
“¡Así dejen ustedes brillar su luz ante toda la gente! ¡Que las buenas obras que ustedes realicen brillen de tal manera que la gente adore al Padre Celestial!”. (Mateo 5:16)
La Gracia de Dios no es solo para nosotros, sino también para bendición de quienes conocemos y amamos. No se limita a compartir el Evangelio; podemos difundir la luz de Cristo a través de una palabra de aliento, un abrazo oportuno, o un oído atento.
♥ Al fin y al cabo, y de acuerdo con el pasaje que estudiamos hoy, los creyentes debemos procurar, es decir trabajar para ser “grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden” (Vs.15).
CONFESIÓN DE FE:
LA GRACIA DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ GRACIAS A LA OBRA DE JESUCRISTO EN LA CRUZ, Y ME HACE ADECUADO CAPACITÁNDOME PARA LLEVARLA A OTROS QUE TAMBIÉN LA NECESITAN, ASÍ QUE PROCURARÉ CON DENUEDO SER OLOR FRAGANTE DE CRISTO PARA ELLOS.
ORACIÓN:
Padre Amoroso y Generoso, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Juan 1:16,17). Tú, mi amado Señor Jesucristo, eres un Dios Grande y Poderoso, sé que tu naturaleza está llena de Gracia, para dar generosamente, aun cuando no lo merezcamos, pues eres un Padre bueno que tiene cuidado de nosotros tus hijos, y siempre estas atento a proveernos con dádivas maravillosas del Cielo; tus bendiciones son permanentes y abundantes, por eso quiero darte gracias hoy de una manera especial, pues en mi vida te has manifestado a través de la resurrección, llenando mi ser de gozo y alegría, y el poder para compartir tu fragancia con mis semejantes. Gracias Adonai, Tu eres el Señor de señores y Rey de reyes, mí amado Señor y Salvador Jesucristo; gracias, Padre Celestial por tu Hijo amado Jesucristo, el mejor regalo de mi vida; y gracias, Espíritu Santo, por tu guía oportuna, dirección perfecta y consuelo permanente, otro gran beneficio de la Gracia de Dios. He orado en el poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!