¡¡¡HOY!!!

2 CORINTIOS 6:1,2 Como colaboradores de Dios, les suplicamos que no reciban ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y luego no le den importancia. Pues Dios dice: “En el momento preciso, te oí. En el día de salvación te ayudé”. Efectivamente, el “momento preciso” es ahora. Hoy es el día de salvación. (NVI)

De cómo, entendiendo los tiempos de Dios, podremos vivir un solo día a la vez, intensa, efectivamente y sin ansiedad, el día de hoy que Él nos da.

Hay dos días en cada semana en los que no nos debemos preocupar, dos días que se deben guardar libres de miedo y ansiedad:

  1. AYER: Uno de esos días es “Ayer”.

Ayer, con sus equivocaciones y pesares, sus faltas y confusiones, sus dolores, tristezas y deudas pendientes.

Ayer ha pasado para siempre, ya está fuera de nuestro control; y ni el dinero del mundo lo podría cambiar ni una cosa que hayamos hecho, ni siquiera podemos borrar una palabra.

Ayer ya pasó.

  • MAÑANA: El otro día sobre el que no debemos preocuparnos es “Mañana”.

Mañana, con sus posibles adversarios, sus problemas, sus promesas grandes y sus pequeños logros.

Mañana volverá a salir el sol, ya sea en esplendor o detrás de una máscara de nubes, pero subirá.

Hasta que llegue no tenemos parte en mañana, pues aún no ha nacido.

Entonces solo nos queda un día:

¡¡¡HOY!!!

Cualquiera puede pelear la batalla de un solo día.

Cuando nos cargamos con esos preocupantes “Ayer” y “Mañana”, entonces nos derrumbamos. No es la experiencia de hoy lo que vuelve locos a los hombres,

sino la amarga culpa, algo que sucedió ayer, y el miedo de lo que traerá el mañana.

¡¡¡Vivamos pues, tan sólo un día a la vez, para ser inmensamente felices!!!

Además, con la felicidad del hoy construiremos la felicidad del mañana.

CONFESIÓN DE FE;

ESTE ES EL DÍA ACEPTABLE, EL QUE ME DIO EL SEÑOR, Y EL HOY ES EL RETO MÁS GRANDE QUE TENGO FRENTE A MI. ENTONCES NO LO PERDERÉ, POR EL CONTRARIO, LO VIVIRÉ Y LO GANARÉ.

ORACIÓN:

Padre Santo, El Shaddai, Dios Todo Suficiente (Génesis 17:1). Mia amado Rey y Señor Jesucristo, Tú eres Dios que como una madre que amamanta, nutres y satisfaces completamente a tu pueblo y tomas cuidado de todas nuestras necesidades hoy. Sé que en Ti está el saber los tiempos y las sazones, y es por eso por lo que sin reparos me someto a tu voluntad en la cual, estoy seguro, encontraré paz, felicidad, perfección, madurez y bienestar. Gracias quiero darte hoy pues Tú has hecho de mi pasado un ayer que ya paso, sirvió para aprender, pero sobre el cual ya no debo pensar; y un mañana lleno de bendiciones y cosas maravillosas de parte tuya, y asegurado en tu Presencia me libraré de la angustia de lo que él traiga. Gracias, mi amado señor y Salvador Jesucristo por tu compañía y protección de hoy, libre de miedo y ansiedad; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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