LA MESA DE UN PADRE

¡¡¡La mesa del comedor es un lugar sagrado,

llena de comida para el cuerpo y para el espíritu!!!

JUAN 6:47-51

Les digo la verdad, todo el que cree, tiene vida eterna. ¡Sí, Yo Soy el pan de vida!

Sus antepasados comieron maná en el desierto, pero todos murieron,

sin embargo, el que coma el Pan del Cielo nunca morirá.

Yo Soy el Pan Vivo que descendió del Cielo.

Todo el que coma de este Pan vivirá para siempre;

y este Pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne. (NTV)

♥ Ya sea que se haga en la Cena del Señor o en el comedor de nuestro hogar, partir el pan tiene que ver con la Presencia de Dios que hay en y alrededor de la familia.

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 No guardo muchos recuerdos de mi infancia comiendo con mi familia a la mesa. Mi padre ya nos había dejado antes de que comenzaran mis recuerdos, y el padrastro que vino después estaba ausente con frecuencia, ya fuera trabajando lejos de casa o viendo TV en otra habitación. Es tal vez por esto que mis hijos tienen un padre que insiste en que comamos juntos siempre que sea posible.

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 Por esa razón insisto siempre que cada uno de ellos permanezca en la mesa hasta que la comida y la conversación terminen. Algunas veces, especialmente cuando las actividades y las distracciones han estado presionándonos más de lo normal, se quejan de mi norma. Pero es cuando somos halados en direcciones diferentes, que soy más insistente. El mundo está amenazando constantemente con separar a nuestras familias, y muchas veces nosotros cooperamos con él.

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 Tal vez vi muchos episodios de “La Pequeña Casa de la Pradera” (La Familia Ingalls). Los veía con ansias, anhelando poder sentarme a la mesa del comedor de la pequeña cabaña, entre Mary y Laura, y deseando que Pa fuera mi papá. O quizás algo que Dios infundió en nosotros nos atrae al compañerismo de la mesa.

(Anónimo)

♥ Fue el comer separados, si usted piensa en ello, lo que arruinó a Adán y Eva y, por consiguiente, a nosotros.

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 El engañador le ofreció a Eva la fruta prohibida y ella decidió comerla sola. Sabemos por la Sagrada Escritura que, aunque Adán estaba con ella, no habló.

GÉNESIS 3:6

Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. (RVA’15)

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 Esto significa literalmente que estaba allí mirando en silencio.

♥ ¿Qué habría pasado si Adán hubiera intervenido o si Eva hubiera pensado en pedirle su opinión?

♥ ¿Qué habría pasado si ellos hubieran reflexionado en cuanto a esta comida juntos, comprometidos como estaban ellos entre sí?

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 Tal vez nada habría sido diferente; la historia de la humanidad demuestra, una y otra vez, que somos capaces de hacer el mal cuando actuamos de común acuerdo. Cada vez que pienso que las personas deben comer juntas, como una familia, en vez de devorar su comida por separado, pienso en Adán y Eva, divididos por la serpiente y participando de manera individual de lo que debieron haber rechazado juntos.

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 La serpiente ofreció una comida dividida y esa es precisamente una de las muchas maneras en que nos tienta a desobedecer a nuestro Dios.

♥ Cristo se vertió a Sí mismo para que nosotros pudiéramos llegar a tener comunión con el Padre Celestial.

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 La serpiente nos invita a comer solos de la fruta prohibida, con la falsa promesa de que podemos ser como Dios.

♥ Pero Cristo nos invita a que lo comamos a Él, para que podamos llegar a ser uno con Dios. (Juan 6:51). No es poca cosa que el Señor Jesús instituyera su Cena alrededor de una mesa, invitando a sus discípulos a participar colectivamente, incluso al que estaba perdido y lo iba a traicionar. Él nos pide que busquemos pasar más tiempo con el Padre, pero también entre unos y otros.

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 Esto es lo que está en mi mente cuando insisto en que las familias se sienten juntos a la mesa del comedor. Aunque ellos a veces se puedan exasperar por el habito, con seguridad esto les da más que sustento físico. Se puede decir esto por la manera como la familia se siente atraída por las historias, los relatos de la niñez, las anécdotas de las vidas y hasta de “cuentos de hadas o leyendas” que esperan que se invente en el acto, para ser continuadas durante los próximos días a la hora de comer. A veces, la familia pide que les cuenten historias y en otras ocasiones son ellos quienes las cuentan; uno de ellos toma la iniciativa de narrar una experiencia que tuvieron juntos, mientras que los otros intervienen de vez en cuando para añadir algún detalle importante o corregir algún error detectado en el relato.

♥ En nuestra mesa consumimos no solamente comida, sino además palabras, por eso no puedo evitar notar el paralelismo con la Santa Cena (o Cena del Señor), en la que nosotros los cristianos comemos no solo pan y vino, sino también la Palabra misma: Jesús.

(Juan 1:1-5)

JUAN 6:56

Yo Soy el pan verdadero que descendió del Cielo. El que coma de este pan no morirá, como les pasó a sus antepasados a pesar de haber comido el maná, sino que vivirá para siempre. (NTV)

CONCLUSIÓN:

♥ Los siervos de Dios que forman parte de nuestras vidas imparten bendiciones y oran por nosotros, vierten palabras de gozo y nos dan consejos cuando nos acercamos para ser alimentados por ellos en cuerpo y espíritu.

♥ Lo mismo debería ocurrir en la mesa de los hogares. Después de todo, una manera de conducir a los miembros de la familia a Dios es ayudándolos a ver su Presencia en torno a la mesa. Por eso, procuremos hacer que nuestro tiempo de la comida, tanto espiritual como física, sea más agradable y efectiva, más separado de las tentaciones y distracciones del mundo.

♥ Puede ser que “Presencia de Dios, santidad y paz” no sean las primeras palabras que crucen por su mente si ve a una familia comiendo ruidosamente y hablando todos al mismo tiempo, y hasta algunas veces cayéndose de sus sillas del gozo.

♥ Pero, por otro lado, es posible que así sean las comidas que tendremos en el Cielo por la eternidad: abundantes, rodeados por seres queridos y sonrientes por tener un Padre Celestial que desea estar cerca de nosotros, contarnos sus historias y que nos ama más de lo que podemos imaginar.

¡¡¡Así es como funciona!!!

♥♥♥ Tu familia es uno de los tesoros más valiosos que Dios te ha dado ♥♥♥

¡¡¡CUÍDALA!!!

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad

Juan Manuel Lamus O.

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