LA PACIENCIA

SALMO 40:1 (RVA’15) Pacientemente esperé al Señor, y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor.

La paciencia: Una virtud o atributo poderoso, que nos habla realmente de la voluntad de esperar. La paciencia, o la falta de ella, se extiende a todos los aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, cuando usted espera un ascensor, ¿presiona varias veces el botón? O, si está atascado en la fila de un supermercado, ¿espera con calma o se queja acerca de lo mal manejada que está la tienda?

¡¡¡Aunque hasta cierto punto nuestros temperamentos pueden determinar nuestra capacidad de esperar, la clase de paciencia que Dios quiere que tengan los cristianos es la que produce el Espíritu Santo por medio del fruto del Amor!!!

Como podemos interpretar a través de la afirmación del Salmista que estudiamos hoy, separados de Dios es natural que no se produzca paciencia en nosotros, y menos que se manifieste, cuando la gente nos frustre o las circunstancias no sean de nuestro agrado. El fruto espiritual de la paciencia nos permite decir: “Estoy dispuesto a renunciar a la gratificación inmediata y a esperar que el Señor se encargue”. Es una tranquilidad interior y una confianza que solo provienen del Espíritu Santo de Dios. Esto no significa que no sentiremos presión o estrés, pero al entregarle al Señor nuestras expectativas y nuestras cargas, calmará nuestro corazón y nuestra mente.

David, por ejemplo, entendía esta verdad. Mientras esperaba convertirse en rey, tuvo varias oportunidades de matar a Saúl, el gobernante imperante en la nación de Israel. Al negarse a tomar ventaja de la situación, David demostró haber desarrollado la paciencia y la fe en el tiempo de Dios. (1 Samuel 24:10,11; 26:10,11)

☝🏼 Piense en esto:

¿Está usted dispuesto a poner de lado sus expectativas tanto para los pequeños como para los grandes acontecimientos de su vida?

¿Es capaz de reconocer que el tiempo del Señor es más confiable que el suyo?

Si es así, está en el camino de ser una persona verdaderamente paciente, ya que la paciencia es la voluntad de esperar, pero la verdadera paciencia es una cuestión de confianza en Dios, y esperar en Dios no es perder el tiempo, es esperar lo mejor

CONFESIÓN DE FE:

HOY DECIDO CONFIAR PLENAMENTE EN DIOS, PARA QUE EL RASGO DE LA PACIENCIA SE MANIFIESTE EN MÍ, A TRAVÉS DEL FRUTO DEL AMOR QUE ME HA IMPARTIDO, Y ESPERANDO EN SUS TIEMPOS Y PLANES PARA MI VIDA, PUES ÉL BIEN SABE TODO LO QUE NECESITO Y LO QUE ES MÁS CONVENIENTE PARA MI.

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Chasdi, Dios de mi Amabilidad y Paciencia (Salmo 51:18). Mi amado Rey y Señor Jesús, en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y fortaleza, para demostrar mi paciencia en toda circunstancia y todo tiempo. Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. Ver detrás de las apariencias de las circunstancias tu poderosa mano ayudándome a cumplir tus propósitos para mi vida. Quiero saber esperar en Ti y ser cada día más paciente. Revísteme de tu gozo y tu paz, Señor Jesús, y haz que, durante este día, yo refleje el fruto del Espíritu que es el Amor, y de manera especial su rasgo de la paciencia; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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