SALMO 16:7-9 Adoro al Señor porque Él me guía; incluso en la noche, me orienta y guía mis pasos. Siempre tomo en cuenta primero al Señor; nada me hará tambalear, pues Él está a mi lado. Por eso mi corazón y mi alma estarán llenos de alegría y hasta mi cuerpo vivirá seguro por siempre. (PDT)
♥ De la importancia de la preparación para ver a Dios.
El rey David tenía la confianza de que el Señor estaba siempre a su mano derecha. Sus salmos revelan que, al examinar su vida, veía la huella de Dios en toda ella. Como David, debemos preparar todos nuestros sentidos espirituales para percibir la evidencia de la presencia de nuestro Padre Celestial.
Ver a Dios con ojos espirituales no es verlo de vez en cuando; es un estilo de vida. En el Sermón del Monte, Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. (Mateo 5:8)
Quienes andan delante del Señor con una conciencia limpia:
- Controlan sus pensamientos pecaminosos, sus hábitos, sus actitudes y sus palabras.
- Echan fuera el pecado y viven rectamente.
- Tienen una claridad espiritual que agudiza su conciencia de la presencia de Dios y de su participación en sus vidas.
Hace varios años desarrollé un hábito que me ha ayudado a enfocarme en Dios. Cuando me acuesto, hablo con el Señor antes de dormirme, inclusive ya con la luz apagada y en “modo dormir”, entonces trato de recordar qué cosas me sucedieron en el día. Lo que hago, en realidad, es buscar evidencias de la actividad del Señor:
✓ ¿Cómo guio Él cierta decisión?
✓ ¿Cuál fue su respuesta a algún problema?
✓ ¿Cómo me protegió en alguna situación?
♥ El ver la actividad de Dios por segunda vez, incluso cuando la experiencia inicial fue difícil, graba más profundamente en mi corazón la realidad de su amor.
La evidencia del Gran poder de Dios está en toda nuestra vida, ver al mundo con ojos espirituales bien abiertos cambia nuestra perspectiva, entonces en vez de decir: ¡No puedo!, diga:
¡¡¡Puedo, porque el Señor me da poder!!!
CONFESIÓN DE FE:
VIVIRÉ CONFIADO EN MI AMOROSO Y OMNIPOTENTE DIOS, QUIEN MORA EN MÍ; ASÍ QUE TRABAJARÉ EN LA PREPARACIÓN PARA VERLO ACTUANDO EN MI VIDA, Y PARA ESO ME HARÉ TOTALMENTE SENSIBLE A SU VOZ Y A SU PRESENCIA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Emanuel, Dios con nosotros (Isaías 7:14); Jehová Shammah, Dios Presente (Ezequiel 48:35). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Espíritu Santo de Dios, gracias porque eres nuestro verdadero compañero, gracias porque tu presencia no está hoy día limitada o circunscripta al Tabernáculo, al Templo, sino que la has hecho accesible, por medio del sacrificio de tu amado Hijo Jesucristo, a todos aquellos que creemos en Ti, que confiamos en Ti y que te amamos. Así que ayúdanos hoy para hacernos sensibles a tu presencia de manera que podamos experimentar el poder de tu Santo Espíritu actuando en nuestras vidas, y en la de nuestros semejantes a través nuestro. Gracias Señor Jesús porque Tú me haces vivir seguro por siempre estando de tu mano, anhelo tu presencia en mi vida, estoy preparado para verte, oírte y sentirte, ven Dios y Señor mío; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!