LIBRE ACCESO

MARCOS 15:38,39 (PDT)

Cuando Jesús murió, la cortina del Templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. Y cuando el capitán que estaba de pie frente a Jesús lo escuchó gritar y lo vio morir, dijo:

  • Este hombre sí era el Hijo de Dios.

Con su muerte en la Cruz Jesús proveyó el libre acceso a la Presencia de Dios Padre a los que en Él creemos y confiamos, así que: ¡Pase, no se quede en la puerta…!

Uno de los momentos que más me impacta de la muerte de Jesús en la Cruz, fue cuando el velo del Templo se rasgó en dos, y en el pasaje que estudiamos hoy, la Biblia, de hecho, lo especifica claramente. Ese velo representaba la separación entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, al cual únicamente el sumo sacerdote tenía acceso y solamente una vez al año, y habiendo pasado previamente por el lavatorio, de lo contrario podría fallecer allí. En el sistema sacerdotal de la época, no era fácil tener acceso a la Presencia de Dios. Había barreras, y en este caso un gran velo que impedía que nadie pudiese acceder o mirar lo que había dentro del Lugar Santísimo. El pecado y las malas decisiones de las personas habían creado una barrera cada vez más infranqueable, pero Jesús puso fin a esa situación.

¡¡¡Al morir en la Cruz, el Señor Jesús cargó con todos nuestros pecados, con todas nuestras inseguridades y temores, para que podamos ser limpiados de todos ellos, y tener así libre acceso a la Presencia de Dios en cualquier momento!!!

Él rasgó de arriba abajo, del Cielo a la Tierra, ese velo que nos separaba, para que ahora tengamos un acceso libre y total a Su Presencia; para que podamos establecer una relación profunda, de corazón a corazón, con el Dios vivo.

☝🏼 Por eso mi recomendación para hoy es:

¡Vamos, entre sin miedo hoy ante la Presencia de Dios!

No se quede a la puerta, conformándose quizá con unas oraciones superficiales para ver si lo logra, más bien sin temor ni duda preséntese delante de Dios, y deje que Su amor y Su poder llenen su vida en este día. Usted es un hijo/a amado/a de Él, y como tal, tiene una invitación para presentarse hoy ante su Padre Celestial.

No le haga esperar y no lo olvide nunca: ¡Jesús proveyó el libre acceso!

CONFESIÓN DE FE:

EL SEÑOR JESÚS YA ME DIO LIBRE ACCESO A SU PRESENCIA, Y SÉ QUE AL HACERLO EXPERIMENTARÉ EL GOZO DE RELACIONARME ESTRECHAMENTE CON ÉL, Y DE VIVIR ETERNAMENTE A SU LADO EN LA GLORIA DE DIOS PADRE, ENTONCES NO DUDARÉ NI TENDRÉ TEMOR DE ENTRAR EN EL LUGAR SANTÍSIMO DE SU PRESENCIA.

ORACIÓN:

Dios y Señor mío, Adonai Tsidkenu, el Señor es nuestra Justicia (Jeremías 33:16). Amado Dios y Señor, Jesucristo, sé que eres perfectamente justo y recto en todo lo que dices y haces, es por eso que al entrar a una relación personal contigo es lo que nos hace rectos. La rectitud salvadora última, no proviene de guardar mandamientos o hacer buenas obras, sino de tener una relación correcta contigo, Adonai Tsidkenu, y de ser declarados justos por Ti, por eso quiero darte gracias hoy por darme libre acceso, no solo hoy, sino toda mi vida y en cualquier momento a tu presencia. Gracias Soberano Dios y Rey Jesucristo por abrirme la puerta de libre acceso a la Presencia de Dios Padre; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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