COLOSENSES 4:2,3A (PDT) Dedíquense a la oración. Estén listos para enfrentar cualquier situación mediante la oración y el dar gracias a Dios. Todos juntos pidamos a Dios que nos abra una puerta para comunicar su mensaje a la gente.
De la importancia de orar, siguiendo el ejemplo de los héroes de la Biblia.
Es muy interesante que cada vez que leo un pasaje de la Biblia hay algo que tiene que ver con la oración. Encuentro ejemplos, o mandamientos o exhortaciones o tal vez promesas que tienen que ver con la oración. Por ejemplo, encuentro un Jacob luchando con Dios, o un Daniel quien oraba tres veces al día, un David quién con todo su corazón clamó a Dios, y sobre la montaña encontramos un Elías orando al Señor, en la cárcel a Pablo y Silas que oraban y alababan. Yo encuentro en la Palabra de Dios multitudes de mandamientos sobre la oración y miles de promesas basadas en esta.
Pero ¿Qué nos enseña todo esto?
Sin duda nos enseña las grandes reservas acumuladas para nosotros en la oración, y por supuesto la importancia de la oración como un medio que el Señor nos ha dado para comunicarnos con Él. Dios ha destacado en su Palabra a través de estas verdades el destino que Él tiene para uno como hijo y siervo de Él. Si Dios nos habla en Su Palabra acerca de la oración, es porque sabe que necesitamos de la oración. Son tan profundas las reservas que Dios tiene para uno como hijo que no se pueden ver en acción hasta que no se llegue a ese depósito de reservas con la única llave que encaja en esa cerradura, la oración. Un alma sin oración es casi un alma sin Cristo, porque oración y Cristo están tomados de la mano. La oración es el balbuceo de un niño creyente, el grito del creyente combatiente, es el suspiro del que ya no tiene aliento, es la comodidad, la fortaleza y el honor de un cristiano.
¡¡¡Si somos verdaderos hijos de Dios no podremos estar tranquilos
hasta que no veamos el rostro del Padre Celestial en oración;
necesitamos orar para ser más santos, más humildes y más pacientes,
y para ser un ejemplo y bendición para otros!!!
La orden que recibimos del Señor hoy es:
Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido. (Vs.2 NTV)
En la vida cristiana la oración es como el oxígeno a los pulmones, pues no podremos vivir espiritualmente sin oración.
CONFESIÓN DE FE:
QUIERO RESPIRAR EL OXÍGENO ESPIRITUAL DE LA ORACIÓN PARA DARLE VIDA A MI ESPÍRITU POR EL ESPÍRITU DE DIOS; MANTENDRÉ UNA VIDA PERMANENTE DE ORACIÓN, ES DECIR DE COMUNIÓN CON EL SEÑOR Y EN ACCIÓN DE GRACIAS A ÉL.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Elyon, El Altísimo (Génesis 14:18). Mi amado Rey y Señor, Jesucristo, el Libro de los libros, tu Sagrada Palabra, la Santa Biblia, me invita cada día a entrar en la sala de tu Trono y al depósito de las reservas celestiales a través de la oración; este es un gran y único privilegio, puedo llegar confiadamente ante tu presencia y llenar mi corazón con tu Gracia a través del maravilloso camino de la oración. Gracias por preparar ese camino para mí en este día y por siempre motivarme. Espíritu Santo, pon en mí el deseo de orar, yo pondré la disciplina y Tú, Padre Celestial, con toda seguridad traerás el deleite. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu ejemplo de perseverancia en la oración. He orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri