COLOSENSES 3:1-4 (NTV)
Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del Cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del Cielo, no en las de la Tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, quien es la vida de ustedes, sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria.
♥ Pongamos nuestra mirada en lo eterno, en las cosas de arriba, en el Cielo, en Cristo, esa es la clave para vivir bien y con propósito la vida cristiana.
Este capítulo 3 de Colosenses empieza con un condicional “Ya que…”, o “si” en la versión Reina Valera, y esta condición nos marca una encrucijada con lo que realmente queremos ser. Si verdaderamente hemos resucitado de una vida sin sentido, muerta de contenido, de propósito, llena de vacíos imposibles de ser llenados, y entonces resucitamos y conseguimos esa vida deseada en Cristo y nos llamamos cristianos entonces, y solo entonces, empezamos con lo más importante, que es poner nuestra mirada en lo trascendente, espiritual y valedero, y no donde antes de conocer a Jesús teníamos la mirada.
¡¡¡Vivir bien la verdadera vida cristiana implica convertir nuestra mirada, ponerla en las cosas de arriba, significa enfocarnos en el crecimiento espiritual, en el tiempo que le dediquemos a nuestra relación con Dios, en la trascendencia de lo que hacemos, en nuestra entrega a Cristo sin egoísmo y en despojarnos de nuestro “yo”!!!
Para empezar a vivir bien la vida cristiana debemos renunciar a nuestra antigua manera de vivir, y eso pasa cuando pongo al Reino en primer lugar (Mateo 6;33); en la lista de mis prioridades Cristo es preeminente, está en el centro y tomamos la firme decisión de tomarnos en serio nuestra relación con Dios. Entonces, si decimos que somos verdaderamente cristianos y creemos en Jesús como nuestro Salvador, no sigamos conviviendo con un muerto, no sigamos conviviendo con aquel personaje con el que no éramos felices ni teníamos plenitud.
♥ Enterremos nuestra vieja manera de vivir y comencemos a vivir una vida en plenitud con y a través del Señor Jesús; y para que Él viva a través nuestro.
CONFESIÓN DE FE:
SÉ QUE, SI PONGO MI MIRADA EN LO ETERNO Y NO EN LO QUE INEVITABLEMENTE SE QUEDA ACÁ, ESTARÉ BUSCANDO TRASCENDER DISFRUTANDO MI MANERA DE VIVIR LA VERDADERA VIDA CRISTIANA; Y SI ¡ESO ES LO QUE CRISTO QUIERE! ENTONCES ASÍ LO HARÉ.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Dios Omnisciente, Dios que todo lo conoce y lo sabe (1 Juan 3:20). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, yo sé que Tú eres Dios que conoces todos los corazones y estás lleno de sabiduría, por eso hoy te pido que me guíes por el camino que has trazado para mí como seguidor tuyo, porque en Ti creo y en Ti confío, y para que manteniendo la mirada fija en Ti, pueda cumplir con el Propósito Divino para el cual me creaste y me rescataste, y para que mi caminar no se tuerza ni a derecha ni a izquierda, sino que siga la ruta de tus huellas, de tu perfecto caminar, y así poder vivir bien la verdadera vida cristiana que Tú me propones. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!