FILIPENSES 4:6,7 (NBV) No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias. Y la paz de Dios, esa paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazones y pensamientos en Cristo.
♥ Una importante disciplina y ayuda en la vida de un cristiano es la oración, es el hábito de traer todo a Dios momento a momento, lo cual nos hace vivir tranquilos y en paz.
¡¡¡No debemos dejar nada sin entregarle a Dios, porque cuando dejamos cosas sin entregar a Él en oración, entonces el afán y la angustia tocan la puerta de nuestro corazón, y cuando eso sucede perdemos la tranquilidad y la paz!!!
Muchas veces, cuando la angustia llega y el afán nos invade, estamos propensos a buscar personas con quien compartir. Y esto no es malo en sí, pero necesitamos reconocer que antes de buscar una persona a quién contarle nuestras luchas y conflictos, necesitamos llevarlo delante del Señor con toda oración y ruego, y esto necesitamos acompañarlo con acción de gracias, porque cuando unimos las peticiones con acción de gracias estamos reconociendo que el Señor es el único que tiene las respuestas apropiadas, y entonces, como el Apóstol Pablo nos dice en el pasaje que estudiamos hoy, la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestro corazón y nuestro entendimiento en Cristo Jesús.
☝🏼 ¡Si, la paz volverá a nuestro corazón, y ella produce tranquilidad!
Yo creo que todos sabemos cuánto necesitamos que nuestro corazón y nuestro entendimiento sean verdaderamente guardados en Cristo Jesús. El corazón corre a turbarse, a perder la tranquilidad ante el primer estampido del trueno de conflicto o la adversidad, y el entendimiento se torna oscuro e irrumpe en nuestra mente robándose la paz del pensamiento. Por ello nuestro corazón y entendimiento hoy necesitan estar guardados en Cristo, pero no estarán guardados a menos que llevemos todo en oración al Señor y entonces la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestros corazones y nuestro pensamiento en Cristo Jesús.
Nos es muy saludable, para todo nuestro ser, el cuerpo, el alma y el espíritu, la paz y la tranquilidad del corazón, algo que solo vamos a encontrar en nuestra estrecha comunión con el Espíritu Santo, así que busquémoslo y disfrutemos del fruto que produce en nuestra vida, y que se manifiesta en uno de sus rasgos más poderosos:
♥ La paz.
CONFESIÓN DE FE:
QUIERO FORMAR EL HÁBITO DE ENTREGARLE TODO AL SEÑOR EN ORACIÓN, PUES SÉ QUE SI LO HAGO REPETIDA Y CONSTANTEMENTE, LA PAZ DE DIOS ME HARÁ VIVIR TRANQUILO; Y ADEMÁS LAS PETICIONES QUE LLEVO DELANTE DE ÉL NO PODRÍAN ESTAR EN MEJORES MANOS.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Jehová Shalom, Dios de Paz (Jueces 6:24). Tú, mi amado Dios y Señor, Jesucristo, eres completo en y por Si mismo, no necesitas añadiduras a tu totalidad, y yo sé que tu deseo y propósito son restaurar la paz y totalidad a la creación que ha sido fracturada por el pecado. Por eso hoy vengo a darte gracias Señor, por darme en este día la oportunidad de traer todas mis angustias delante de Ti, y por enseñarme a dejarlas todas ante tu trono. Sé que hoy la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará mi corazón y mi entendimiento en Cristo Jesús. Dios y Padre mío, quiero en este día llevar todas mis cargas y dejarlas en tu altar, porque de esta manera podré descansar de todo peso que me asedia y podré respirar profundamente la tranquilidad que solo puede venir de tu Espíritu Santo; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!