PENSAR BIEN

FILIPENSES 4:4-9 (NTV) ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Que todo el mundo se dé cuenta de que ustedes son buenos y amables. El Señor Jesús viene pronto. No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo. Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado. Practiquen todas las enseñanzas que les he dado, hagan todo lo que me vieron hacer y me oyeron decir, y Dios, que nos da su paz, estará con ustedes siempre.

De la importancia de reconocer que nuestro mundo no tiene arreglo, y que discutir interminablemente sus males no lo arreglará, solo Dios puede arreglarlo, y ya tiene un plan para hacerlo nuevo, y de ahí el valor de pensar bien.

¡¡¡Todos queremos tener paz y alegría en los momentos difíciles; sentirnos seguros y con la confianza de que el Padre Celestial nos ama, pero muchas veces, no experimentamos tales cosas por las preocupaciones y otras presiones que no nos dejan pensar bien!!!

Existen tres maneras de controlar nuestros pensamientos, para pensar bien; veamos:

  1. Filtrándolos. Imagínese que hay un sistema de red que protege su mente, y que todo lo que usted piense debe primero pasar por él. Si ha creado su filtro basándose en la Palabra de Dios, cualquier idea no bíblica que trate de introducirse activará una alarma de advertencia. Puede chequear cada pensamiento haciéndose algunas preguntas: ¿Cuál es su fuente? ¿A dónde me llevará? ¿Es bíblicamente sano? ¿Va a edificarme o a derribarme? ¿Puedo compartir esto con otra persona? ¿Me hace sentir culpable? ¿Encaja con quien soy como seguidor de Jesucristo?
  2. Seleccionándolos. Dios le ha dado el derecho y el poder para decidir si aceptará o no un pensamiento. Cada vez que una opinión o una enseñanza lleguen a su filtro, puede resolver dejarlas pasar o descartarlas. Si la idea no le parece ni mala ni buena, las mismas preguntas anteriores podrán ayudarle a saber qué hacer después.
  3. Cultivándolos. Aceptar los buenos pensamientos y rechazar los malos, no es suficiente. Necesitamos meditar en las ideas que se alineen con la Palabra de Dios, y después comenzar a ponerlas en práctica.

Permita que Dios se derrame en su vida y que reine en su mente; al hacerlo, verá cambios impresionantes en su manera de pensar, hablar y actuar.

CONFESIÓN DE FE:

MANTENDRÉ MI MENTE ENFOCADA EN LA PALABRA DE DIOS, DE MANERA QUE MIS PENSAMIENTOS NO SE VEAN AFECTADOS POR LAS CIRCUNSTANCIAS DE ESTE MUNDO CAÍDO, Y PUEDA ENTONCES FILTRARLOS, SELECCIONARLOS Y CULTIVAR SOLO LOS QUE SON BUENOS, RECTOS Y PRODUCTIVOS PARA MI VIDA.

ORACIÓN:

Padre Nuestro y Señor, El Kjesed, Dios de Amor Fiel e Inagotable (Salmo 25:6). Amado Dios y Señor, Jesucristo, hoy quiero darte gracias por llenar mi mente con tus pensamientos, por llamarme y ayudarme a tener pensamientos buenos y rectos de acuerdo con tu Palabra, por eso te pido que me ayudes, me instruyas por medio de Ella para que yo pueda implantar en mi la mente de Cristo, y si mis pensamientos son negativos, poder llevarlos cautivos a tu Presencia, de manera que el enemigo no pueda trabajar con ellos y deteriorar ese tesoro tan precioso que me has dado, el gozo y la alegría que producen el pensar bien. Gracias Dios mío pues a través de la manera de pensar de tu Hijo amado Jesucristo, nos has dado el mejor ejemplo de obediencia incondicional; he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!

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