2 PEDRO 1:20,21 Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios. (NTV)
♥ De la importancia de entender que la Biblia fue inspirada por Dios mismo, y que fue escrita a través del Espíritu Santo actuando sobre los hombres que Él mismo escogió; y es por eso que podemos confiar en ella como el Señor Jesús lo hizo.
La Biblia es el libro más leído de la historia. También es el libro más vendido de la historia y el libro más traducido de la historia. Sin embargo, es mucho más que eso, también es la Palabra de Dios, el mismo aliento de Dios. La Biblia lo afirma en 2 Timoteo 3:16 NTV, cuando dice:
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.
Eso significa que:
¡¡¡La Biblia no es sólo una buena idea, es la Palabra de Dios para nosotros!!!
Una de las razones por las que podemos saber que la Biblia es verdadera y confiable, es que tiene miles de profecías que se han hecho realidad
Así es, cada una de las profecías de la Biblia se ha hecho realidad exactamente como Dios predijo, o se hará realidad en algún momento en el futuro. La Biblia contiene más de 300 profecías sobre Jesús solamente, todas escritas mil años antes de que naciera. La gente en la Biblia profetizó acerca de cuándo nacería Jesús, dónde nacería y cómo nacería. No pudo haber manipulado su nacimiento para cumplir esas profecías. También predijo cómo moriría. Mil años antes de que Jesús muriera, David describió la muerte de Jesús en la Cruz en uno de los salmos. No usó la palabra «crucifixión», porque nadie conocía esa palabra entonces. Pero mucho antes de que los romanos estuvieran siquiera pensando en crucificar a la gente, David lo describió.
☝🏼 ¡Sólo Dios podría haber sabido eso!
¿Cuáles son las probabilidades de que alguien pueda hacer 300 predicciones sobre ti y que cada una de ellas se haga realidad? Las probabilidades son tan astronómicas que no podrías escribir el número. Se necesita más fe para creer que las profecías de la Biblia fueron una coincidencia que para creer que Dios las planeó. La Biblia dice:
Ninguna profecía se originó de los humanos. En cambio, fue dado por el Espíritu Santo cuando los humanos hablaron bajo la dirección de Dios. (2 Pedro 1:21 GW)
Durante los tiempos bíblicos, nadie quería ser profeta. La ley en Israel era que un profeta de Dios tenía que estar en lo correcto el 100 por ciento del tiempo, pues si se equivocaba solo una vez, entonces era considerado un falso profeta y sería condenado a muerte. Entonces ¡es mejor que un profeta tenga razón!
♥ Y las profecías bíblicas eran correctas, cada una de ellas, entonces podemos confiar en la Biblia, porque lo que la Biblia predice siempre se hace realidad.
CONFESIÓN DE FE:
LAS PROFECÍAS BÍBLICAS PODRÍAN PARECER IRRELEVANTES O SIN IMPORTANCIA EN MI VIDA, PERO SI DIOS QUIERE QUE LAS ESTUDIE, LAS ENTIENDA Y ME OCUPE DE IR EN POS DE ELLAS, ES PORQUE SU PALABRA ES VERDAD, SIEMPRE SE CUMPLIRÁ Y SERÁ SUPREMAMENTE ÚTIL PARA MI VIDA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El HaNeeman, el Dios Fiel (Deuteronomio 7:9). Amado Señor, El Emet, Dios y Señor de la Verdad, mi amado Rey, Tú eres mi confianza y mi salvación, solo en Ti y en tu Palabra puedo estar seguro, y solo a Ti puedo entregarte toda mi vida sin temer mal alguno, pues mi esperanza y mi fe están puestas en Ti y en lo que has prometido. En todo caso, momento, lugar y circunstancia, sé que me responderás y protegerás por medio de tu Palabra que es verdad, por eso puedo confesar lo que el salmista dice: Reconozco, por lo tanto, que el Señor mi Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre los que lo aman y obedecen sus mandatos. Gracias mi confiable Señor y Salvador Jesucristo, en Ti confío; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!