¡QUE FLUYAN!

SALMO 67:1-7 Que Dios tenga misericordia y nos bendiga; que su rostro nos sonría con favor. Que se conozcan tus caminos en toda la tierra y tu poder salvador entre los pueblos por todas partes. Que las naciones te alaben, oh Dios, sí, que todas las naciones te alaben. Que el mundo entero cante de alegría, porque tú gobiernas a las naciones con justicia y guías a los pueblos del mundo. Que las naciones te alaben, oh Dios sí, que todas las naciones te alaben. Entonces la tierra dará sus cosechas, y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá en abundancia. Así es, Dios nos bendecirá, y gente de todo el mundo le temerá. (NTV)

Del verdadero propósito de las bendiciones de Dios ¡Que fluyan!

La naturaleza intrínseca de Dios es bendecir. No obstante, tenemos que entender que Él tiene un propósito mayor en mente. Su objetivo final abarca mucho más que simplemente hacernos felices, darnos paz, protegernos y prosperarnos.

¡¡¡En realidad, la intención del Señor nunca ha sido que Sus bendiciones

se queden con nosotros, sino que fluyan a los demás

como parte de Su plan para toda la humanidad!!!

Como podemos ver en el Salmo que estudiamos hoy, el Señor nos bendice de modo que Su salvación, Su justicia y Sus caminos puedan ser conocidos en todas las naciones y por todos los grupos étnicos del mundo. Él actúa siempre con esta perspectiva en mente, incluso cuando trabaja en nuestras vidas de manera independiente. Saber esto debe llenarnos de una sensación maravillosa de valía que nos haga ser más humildes. Cada creyente tiene la responsabilidad de ayudar a otros a conocer y entender a “El Echad”, el Dios Único y Verdadero. Cada bendición que Él nos da no solo nos beneficia a nosotros personalmente, sino que también está destinada a impulsar este propósito. Por otra parte, es posible que no recibamos a veces las cosas que queremos, porque no contribuyen al propósito superior de Dios. Pero si estamos dispuestos a adaptar nuestras peticiones al plan mayor de Dios, estaremos en condiciones de ser utilizados en gran medida por Él.

No permitamos que el gozo y el bienestar que dan Sus bendiciones nos vuelvan ciegos al propósito que tienen ellas, pidámosle a Dios que nos muestre cómo utilizar Sus bendiciones como una manera de guiar a las personas a Él.

CONFESIÓN DE FE:

CUANDO EL SEÑOR ME BENDICE, SÉ QUE ÉL NO SÓLO ESTÁ HACIENDO ALGO PARA MÍ; TAMBIÉN ESTÁ HACIENDO ALGO EN Y POR MEDIO MÍO, PARA TOCAR LAS VIDAS DE LOS DEMÁS; ASÍ QUE PERMITIRÉ QUE FLUYA LA BENDICIÓN.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Echad, Dios Único y Verdadero (Malaquías 2:10). Mi amado Rey y Señor Jesús, El Yeshuati, Dios de mi Salvación, quien da vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Gracias, mi Señor, hoy quiero orar tu Palabra, pues no hallo mejor oración que esta: Que Dios tenga misericordia y nos bendiga; que su rostro nos sonría con favor. Que se conozcan tus caminos en toda la tierra y tu poder salvador entre los pueblos por todas partes. Que las naciones te alaben, oh Dios, sí, que todas las naciones te alaben. Que el mundo entero cante de alegría, porque Tú gobiernas a las naciones con justicia y guías a los pueblos del mundo (Salmo 67:1-4). Gracias Padre Celestial por tu amor incondicional y tu abundante bendición, gracias, Espíritu Santo, por tu guía y tu consuelo; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

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