SALMO 37:7A Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe. (NTV)
SALMO 46:10A ¡Quédense quietos y sepan que Yo Soy Dios! (NTV)
♥ De la importancia y la bendición de guardar silencio y estar quietos delante de Dios.
Lleno está el mundo de ruidos, palabras y sonidos que terminan quitando el descanso y la paz del alma, pero en medio de ese ruido, hoy puedo escuchar quietamente la amonestación que llega a través del salmista:
¡¡¡Guarda silencio, quédate quieto delante de Dios, no hay nada que temer!!!
?? Quiero presentar el mensaje de hoy como una ferviente oración y confesión de fe:
Hoy, al llegar ante la presencia del Señor quiero presentar delante de Él todo lo que soy y todo lo que tengo, y en quietud y silencio del alma le quiero entregar todos mis derechos, mi tiempo, mis talentos, mi futuro y todo lo que poseo. Quiero en silencio ratificar delante de Él, que no me debo a mí mismo. Todo se lo debo a Él. Eso me librará de irritarme cuando vea la adversidad acechándome, infringiéndome temor y mis planes truncando. Sé que hay dificultad en renunciar a mí mismo, que no es fácil renunciar a mis derechos a mi reputación y a mis éxitos labrados por mi propia mano, pero…
♥ ¿De qué sirve gastarme en una carrera loca y desenfrenada si no aprendo a quedarme quieto y en silencio ante Su Trono?
Tiendo a ser un activista lleno de planes, proyectos e ideas. Me siento impulsado en cada momento a hablar y a proyectar mi imagen, pero…
♥ ¿De qué sirve todo esto?
En esta loca carrera me hundo, tal vez me irritaré en medio de la dificultad, del temor y este mundo desenfrenado a la locura. Pero si me quedo en silencio delante de Dios, veré los planes de Él, los proyectos de Él y la dirección de Él, entonces tendré tiempo para mirar todo desde Su perspectiva y sin temor.
?? La quietud del espíritu, sólo la produce el Espíritu de Dios y esa quietud trae la calma profunda, suave y dulce que nadie me puede dar. El mundo no me la puede dar, los éxitos humanos tampoco y ni siquiera la gente que me rodea, pero la quietud que produce el Espíritu de Dios sí es quietud de corazón que trae paz y sosiego a mi alma.
CONFESIÓN DE FE:
ENTONCES HOY ME PROPONGO A GUARDAR SILENCIO Y ESTAR QUIETO DELANTE DE DIOS, Y EN ÉL PODER ESPERAR, Y EN ÉL PODER CONFIAR, PUES SÉ QUE ÉL ES MI DIOS, Y NO HAY NADA QUE TEMER.
ORACIÓN:
Padre Nuestro que habitas en los Cielos, Jehová Shalom, Dios de Paz (Jueces 6:24). Mi amado Señor Jesús, Dios de mi tranquilidad y sosiego, jamás podré conseguir en este mundo la quietud que en Ti encuentro. Hoy atiendo la amonestación de tu Palabra y me propongo a guardar silencio delante de Ti y esperar con paciencia que me ayudes a continuar en la carrera que tengo por delante sin temor ni duda. Señor Jesús, Tú conoces todos los compromisos que tengo por delante, yo no puedo luchar por mí mismo, pues a veces pierdo el ánimo, las fuerzas, pero esperaré en Ti, porque Tú me abres camino donde no existe y me enseñas la vereda segura y permanente que me lleva a la tranquilidad genuina del espíritu. Gracias Espíritu Santo por esa paz y el sosiego que solo Tú me puedes dar. He orado en el Poderoso nombre de Jesús ¡Amén!