TESTIMONIO DE RESTAURACIÓN

JUAN 9:24-27 Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron:

  • Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado, porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador.
  • Yo no sé si es un pecador, respondió el hombre, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!
  • ¿Pero qué fue lo que hizo? le preguntaron. ¿Cómo te sanó?
  • ¡Miren! exclamó el hombre. Ya les dije una vez. ¿Acaso no me escucharon? ¿Para qué quieren oírlo de nuevo? ¿Ustedes también quieren ser sus discípulos? (NTV)

Del poder de la restauración lograda en las manos del Señor, y del poder del testimonio personal de esa restauración y lo que puede lograr en quienes lo escuchan. (Leer todo Juan 9)

☝🏼 ¿Ha pensado usted alguna vez en el gran poder que tiene su sencillo testimonio de restauración?

El capítulo 9 del Evangelio de Juan nos cuenta una historia maravillosa acerca de un hombre ciego que Jesús sanó. Si la historia hubiera terminado simplemente cuando el hombre abrió los ojos y alabó a Dios, aun eso habría sido grandioso, pero Juan sigue con el relato para decirnos lo que sucedió después, de ahí la recomendación para hoy de leer el capítulo completo. Las autoridades judías no sabían qué pensar de esta sanación milagrosa. Tenían dos pruebas contundentes de un hombre que sabían que había nacido totalmente ciego:

  1. La multitud que escuchó su conversación con Jesús; y
  2. La prueba de identidad del hombre, que dieron sus padres.

Pero se negaron a creer lo que estaba claro para tantos, es decir, cuestionaron el testimonio del hombre. Las autoridades religiosas expresaron su incredulidad llamando a Jesús pecador, como si la falta de fe de ellos descalificara de algún modo su milagro. La respuesta del hombre en el siguiente versículo fue brillante por su sencillez:

  • “Yo no sé si es un pecador, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!”. (Vs.25)

No importa qué más dijeran, el hombre sabía que los fariseos no podían refutar el hecho básico de que había sido sanado. La Biblia señala que las autoridades perdieron los estribos, porque no pudieron contradecir ese hecho. (Vs.34)

El común de la gente simplemente no puede ni podrá jamás contradecir la verdad de la experiencia de restauración que los que creemos y confiamos en Dios hemos tenido con el Señor Jesucristo.

¡¡¡Nuestro testimonio personal de restauración de la mano de Dios, dejará huella en los demás y con toda seguridad los inquietará de manera que ellos también querrán experimentarla, y es por eso que no debemos callar!!!

CONFESIÓN DE FE:

ME LLENA DE GRAN GOZO EL HECHO DE QUE EL SEÑOR ME HA DADO UNA PODEROSA ARMA PARA IMPACTAR LA VIDA DE MIS SEMEJANTES, MI TESTIMONIO PERSONAL DE RESTAURACIÓN, POR ESO NO CALLARÉ, MÁS BIEN HABLARÉ DE ELLO CON DENUEDO.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Gibor, Dios Todopoderoso (Isaías 9:6). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, sé que Tú eres un guerrero poderoso y la fuerza mayor en todo el universo, y que esa misma fuerza y poder la has impartido a mi ser por medio del Espíritu Santo, es por eso que iré de frente, sin importar lo que los incrédulos digan, dejándoles saber mi testimonio personal, de manera que ellos sean impactados y se decidan por Ti, para experimentar la sanidad integral que tanto necesitan y que solo Tú, Jehová Rapha, nuestro Sanador, puedes proveer; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

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