MATEO 9:16,17 (NTV)
“¿A quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior. Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues los cueros viejos se reventarían por la presión y el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. El vino nuevo se guarda en cueros nuevos para preservar a ambos”.
♥ ¡Dejemos atrás el pasado! Esa es una vieja historia de nuestra vida.
El punto de partida de lo nuevo, es deshacerse de lo viejo.
Para poder entrar en algo nuevo es necesario que nos despojemos de todo lo que anteriormente poseíamos, esto incluye nuestra manera de pensar, nuestras actitudes y nuestros hábitos.
¡¡¡Lo nuevo y lo viejo tienen una compatibilidad igual a cero; así que para que una nueva historia inicie debemos estar decididos a despojarnos de la vieja historia de nuestro pasado!!!
Ciertamente hay cosas hermosas que no podremos olvidar jamás: el nacimiento de un hijo, el gran día de la boda o incluso tu primer mascota. Así mismo en nuestra vida espiritual: el día que recibimos a Jesús como nuestro Salvador, nuestro primer encuentro personal con Dios, el bautismo en agua o nuestro primer sermón. Hay momentos que definitivamente no olvidaremos, pero cuando hablamos de dejar atrás nuestro pasado, es ciertamente dejar todas aquellas cosas y recuerdos que no nos permiten avanzar. El corazón es un órgano pequeño pero que puede almacenar muchas cosas entre ellas: el rencor hacia alguien que nos dañó, el resentimiento hacia alguien que nos engañó, odio o incluso sed de venganza por una acción en nuestra contra. Cuando almacenamos todo esto en nuestro corazón sin duda alguna no hay espacio para recibir lo nuevo. (Proverbios 17:9)
Atarnos a las heridas de nuestro corazón es lo que no nos permite que estas sanen. Dios espera que en nuestro corazón amemos y perdonemos a los demás de la misma forma que Él nos amó y nos perdonó, esto aún sin nosotros merecerlo. No pudimos haber hecho algo bueno para obtener su perdón o ganar su gran amor, simplemente Él decidió amarnos y perdonarnos (Isaías 43:18,19). No podremos hacer mucho con nuestro pasado, pero sí con nuestro presente. Y si nos aferramos al pasado, no podremos disfrutar el presente y el futuro que Dios tiene para nuestra vida.
☝🏼 ¿Quiere revisar hoy qué es lo que hay dentro de su corazón que no le permite disfrutar el presente que Dios le da?
Perdone a los que le hicieron daño, libérese de todo mal momento y prepárese para amar y servir a los demás otra vez. Amar y perdonar es ciertamente una decisión.
Así mismo, como mencionaba no todo es malo, también si ha tenido una buena temporada no es tiempo para celebrar sus victorias pasadas, ahora tiene que prepararse porque sus mejores victorias están enfrente de usted. Puede que haya tenido un buen pasado, una buena relación con su familia y amigos, una buena relación con Dios, un buen rendimiento y progreso personal y espiritual, pero…
♥ Aún lo mejor está por venir, deje atrás el pasado y extiéndase a lo que está por venir.
CONFESIÓN DE FE:
NO TEMERÉ A LO QUE ESTÁ POR VENIR, POR ESO ME DESPOJARÉ DE MI PASADO MALO PARA FORJAR UNA BUENA NUEVA HISTORIA PARA MI VIDA DE LA MANO DE DIOS, ESTOY SEGURO DE QUE ÉL SIEMPRE ME AYUDARÁ Y QUE EN ÉL HAY UN MARAVILLOSO PORVENIR.
ORACIÓN:
Dios y Señor mío, Elohim Mikarov, Dios que está cerca (Jeremías 23:23). Gracias mi Rey y Señor Jesucristo, porque hoy puedo decir Ebenezer, gracias porque hasta aquí me has ayudado y mi porvenir está asegurado en tus manos. Estoy donde estoy y hago lo que hago no por mi fuerza, sino porque Tú me has sostenido y me has guardado en el hueco de tu mano durante mi pasado, bueno o malo. A veces las tempestades que se anuncian intentan atemorizarme, pero hoy quiero recordar que mi vida está en tus manos y Tú me sostienes y me fortaleces. Si hasta aquí me has ayudado, eso me da la certeza que aún mañana, el próximo mes y el próximo año, en mi nueva historia, Tú me ayudarás. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo porque en Ti tengo asegurado mi porvenir; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
