VASIJAS DE BARRO

2 CORINTIOS 4:5-7 (TLA) Y nosotros no nos anunciamos a nosotros mismos. Al contrario, anunciamos que Jesucristo es nuestro Señor, y que nosotros somos servidores de ustedes porque somos seguidores de Jesucristo. Cuando Dios creó el mundo, dijo: “Que brille la luz donde ahora hay oscuridad”. Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza. Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro.

Porque somos vasijas de barro en manos del Alfarero, limpios, escogidos por Dios para usos honrosos, separados para un propósito especial.

Necesitamos vivir con la alegría de sentir el amor de Dios, hoy necesitamos vivir con la confianza de saber que su presencia nuevamente nos envuelve. Él nos ha resplandecido, cuando en tinieblas estábamos y las tinieblas nos envolvían. Él nos fue luz, su amor resplandeció sobre nosotros, Dios nos iluminó con el conocimiento de su Gloria en la faz de Cristo y desde ese momento nuestra vida no fue la misma, su plenitud es en nosotros llenándolo todo y confirmándolo todo, pero hoy también necesitamos vivir recordando que ese tesoro de su Gloria y la plenitud de su iluminación y conocimiento, están en vasijas de barro.

¡¡¡Los verdaderos seguidores de Jesucristo somos sus vasijas de barro, en las que está ese tesoro, la extraordinaria grandeza de su Poder y su Gloria, de lo cual no podemos apropiarnos, pero sí compartirlo sirviendo a los que lo necesitan!!!

Somos un canal para que ese tesoro, que viene de Dios, pueda tocar aquellos con quiénes estemos en contacto. Nuestro deseo necesita estar centrado en mostrar a otros la extraordinaria grandeza de ese tesoro en nosotros y a través de nosotros, pero que nada de lo que hoy diga o haga tenga sabor a barro, sino sabor a tesoro, el tesoro de la bondad, de la humildad, del amor y del servicio, para que la Gloria sea de Dios y no de nosotros. Los que hoy nos rodearán buscarán el sabor de la Gloria de Dios, no el sabor del barro, están cansados del sabor del barro que el mundo les ofrece y ellos no quieren más ese sabor, sino que están buscando el sabor de la Gloria, no de la gloria de este mundo, pero sí de la Gloria de Dios, la Gloria de Aquel que ha resplandecido ya en nuestros corazones, la Gloria de Aquel que nos ha iluminado con el conocimiento de su paz y de su presencia…

¡La Gloria de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!

CONFESIÓN DE FE:

HOY NO QUIERO LLENAR MI VIDA DE ORGULLO Y EGOÍSMO, TODO LO GRANDE, TODO LO BUENO, TODO LO HERMOSO, TODO LO ESPECIAL QUE OTROS PUEDAN VER EN MÍ, ES SOLO PARTE DE LA EXTRAORDINARIA GRANDEZA DE SU PODER EN ESTA VASIJA DE BARRO, ENTONCES VOY A COMPARTIRLA CON LOS NECESITADOS DE ÉL.

ORACIÓN:

Padre Nuestro, El HaKavod, Dios de Gloria y Poder (Deuteronomio 5:24). Excelentísimo y lleno de toda la Gloria del Cielo y de la Tierra, Rey de reyes y Señor de señores, mi amado Salvador Jesucristo, el Señor nuestro Dios; hoy puedo decir que nos has mostrado tu Gloria y tu Grandeza a través de la restauración, y hemos oído tu voz de en medio del fuego. En este día hemos visto que hablas al hombre, y que este puede quedar vivo. Gracias por haberme resplandecido, por haberme restaurado, gracias por darme tu Luz cuando estaba en tinieblas, gracias por haberme iluminado del conocimiento de tu Gloria, y gracias por hacerme una vasija de barro, donde pueda estar el tesoro de la extraordinaria Grandeza de tu Poder. Ayúdame hoy a vivir consciente de que soy una vasija de barro a tu servicio y el de todos aquellos que Tú traerás a mi vida, para también servirles. Gracias Padre Celestial por escogernos para honrarte y glorificarte. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

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