HEBREOS 10:24,25 (NTV)
Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
♥ Todos los que hemos reconocido a Dios como Padre, a Jesucristo como Señor y Salvador, que somos guiados por el Espíritu Santo, y nos congregamos en una iglesia local, somos parte de una verdadera familia, la familia de Dios.
¡¡¡Jesús fundó la Iglesia para que convivamos y estemos unidos como una familia con nuestros hermanos en Cristo; por eso ir a la Iglesia nos da la oportunidad de alabar y adorar a Dios, de fortalecernos en la fe y de recibir instrucción a través de la predicación y el estudio de la Biblia!!!
Es costumbre en muchas familias organizar una reunión de tanto en tanto, tal vez al final del año, y es posible que no se vean con mucha frecuencia, por lo cual se sorprenden de cuánto han crecido los niños y de cuánto se parecen a sus padres y madres. También muchos esperan con ansia esas reuniones porque les recuerda que son parte de una familia.
Pues de la misma forma, todo el que ha confiado en Cristo como Salvador personal pertenece a la familia de Dios. El apóstol Pablo dijo que todos los verdaderos creyentes somos: “miembros de la familia de Dios” (Efesios.2:19). Somos parte de una familia que está compuesta de todos los verdaderos seguidores de Cristo. (No confundir con ecumenismo). Y como miembros de una familia donde hay amor deberíamos ser honestos acerca de la preocupación que debemos tener los unos por los otros. Pueden tener conversaciones con propósito sobre problemas y luchas específicas, de la forma en que se están manejando y pueden confrontar asuntos difíciles para encontrar, de la mano de Dios, soluciones efectivas y definitivas.
Como creyentes en Cristo hemos de preocuparnos por los otros miembros de la familia de Dios. Y es que a veces el camino al crecimiento espiritual es muy escabroso, por lo tanto, necesitamos exhortar a los otros creyentes a volverse de sus pecados, de sus malos hábitos, a congregarse, a discipularse y servir, es decir, a vivir para el Señor, recordando siempre examinarnos a nosotros mismos. El propósito es producir siempre una familia de creyentes armoniosa que haga la obra de Dios y se edifique mutuamente.
♥ ¡Qué privilegio ser parte de la familia de Dios!
CONFESIÓN DE FE:
SÉ QUE COMO VERDADEROS CRISTIANOS MOSTRAMOS NUESTRO AMOR A DIOS CUANDO AMAMOS A SU FAMILIA, A LA CUAL TAMBIÉN PERTENECEMOS, ASÍ QUE PROCURARÉ CON DILIGENCIA Y DENUEDO HACERLO DE LA MEJOR FORMA, DE MANERA QUE SE PRODUZCA LA ARMONÍA QUE DIOS ESPERA QUE TENGAMOS ENTRE LOS HERMANOS. (SALMO 133)
ORACIÓN:
Dios y Señor nuestro, Abba Padre, Papito Dios (Romanos 8:15). Amado Padre Celestial, hoy quiero darte gracias de manera especial por darme la oportunidad de ser parte de tu familia por medio de mi fe en mi Señor Jesucristo. Pero también quiero hoy pedirte, que me ayudes, dotándome de los dones y talentos necesarios para ocuparme de manera diligente de mis hermanos en Cristo, y de aquellos que aún no te conocen como Abba, de manera que puedan muchos más conocer tu amor a través mío y llegar a ser parte de tu familia. Pero te pido hoy también por mi familia de sangre, para que al reconocer a Jesús como su Salvador y Señor, cuando yo se los presente, puedan también ser parte de esa familia y gozar de todos los grandes beneficios que esto trae para todas las áreas de sus vidas. Gracias Abba; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!