JUECES 15:16-19 y dijo: “Con quijada de jumento bien que los amontoné; con quijada de jumento, mil hombres maté”. Cuando terminó de hablar, se deshizo de la quijada; por eso se llama aquel lugar Ramat Lejí (“Alto de la Quijada”). Entonces sintió una sed terrible y gritó al Señor diciendo: Tú has logrado esta gran victoria valiéndote de mí, ¿voy ahora a caer muerto de sed en manos de esos incircuncisos? Entonces Dios hizo surgir un manantial en Lejí del que Sansón bebió, recobrando fuerzas y reanimándose. Por eso, a la fuente que existe todavía hoy en Lejí, se le dio el nombre de En Hacoré (“fuente del Grito”). (BLPH)
♥ Este es un buen periodo de tiempo para, en la intimidad con Dios y aceptando Sus desafíos, prepararnos para obtener la victoria.
Este periodo de cuarentena es un tiempo especial para al final ver grandes victorias y contemplar grandes cosas por parte de Dios, este no es un tiempo para desperdiciarlo quejándonos y lamentándonos, este no es un tiempo para verlo agonizar al final sin que algo grande haya sucedido en nosotros y a través de nosotros, fuimos llamados para hacer historia, no para ser espectadores.
Sansón entendió de una manera muy particular la razón para la cual vino a este mundo, y vio grandes cosas y formó parte del escenario mundial de aquella época para impactar la sociedad en la cual vivió. Sansón se enfrentó a mil filisteos enemigos de Israel, enemigos de Dios y enemigos suyos; pero Sansón sabía que servía al Único y Verdadero Dios y entendía la razón de su existencia, por ello con fe extendió su mano, tomó la quijada de un asno y con ella mató a mil filisteos; mil problemas derrotados en un día, pero cuando terminó la batalla tenía sed y no había agua a su alrededor; eliminó mil problemas y ahora está en frente de un solo problema, una crisis personal que exige una pronta solución.
♥ ¿Que hizo Sansón? Clamo al Señor y dijo:
- ¿Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo y moriré ahora yo de sed y caeré en manos de los incircuncisos? (Vs.18 RV60)
Un hombre con una gran crisis personal, pero cuando clama a Dios dice:
♥ “Señor es cierto que tengo ahora un gran problema personal, no tengo agua y tengo sed, pero una cosa se, tengo sed porque acabo de librar una gran batalla y tú me has dado la victoria, pero no creo que me diste la victoria ante mil filisteos para ahora morir solo de sed y caer en manos de mis enemigos”.
♥ ¿Qué podemos aprender de esto hoy?
¡¡¡Si hoy enfrentamos una crisis personal recordemos que Aquel que nos ha ayudado en otros problemas anteriormente, está dispuesto a volverlo hacer ahora, pero solo podemos llegar y clamar con seguridad en medio de la crisis, si antes hemos sido obedientes y hemos librado las batallas anteriores confiando plenamente en Dios!!!
Cuantas veces escuchamos gente que dice: “Clamo y Dios no responde parece que me olvido”; pero la verdad es que solo clamamos cuando estamos en crisis personales, pero anteriormente hemos vivido nuestras vidas y no hemos eliminado los filisteos que rodean esa vida y a nuestra familia. Sansón fue fiel en este aspecto, luchó la batalla liberando a Israel, no pensó primero en sí mismo sino en su pueblo y ahora que está frente a su propio problema puede clamar con confianza y decir:
♥ “Tú me has dado la victoria y ahora, ¿moriré de sed?”
♥ ¿Y tú, puedes decir lo mismo?
CONFESIÓN DE FE:
EN ESTE PERIODO DE TIEMPO PODRÉ VER LA VICTORIA DEL SEÑOR EN TODAS LAS ÁREAS DE MI VIDA, LIBRARÉ MIS BATALLAS Y LAS QUE SEAN NECESARIAS PARA MI ENTORNO Y SÉ QUE DIOS NO ME DEJARÁ MORIR DE SED.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Jehová Sabaot, Dios de los Ejércitos (1 Samuel 1:11). Mi Dios y Señor Jesucristo, Tú eres el ser más poderoso y el más grande guerrero en el universo. Adonai, Rey de reyes y Señor de señores, eres el general de tus ejércitos en el Cielo y en la Tierra, el Supremo comandante en jefe; por eso vengo hoy a darte gracias, mi Señor Jesús, pues Tú me has dado la fortaleza necesaria para librar las batallas de mi vida y mi entorno, nunca me has abandonado ni dejado sin respuesta cuando clamo a Ti, por eso en este tiempo actuaré como un soldado celestial, un guerrero de tu ejército, un siervo tuyo obediente y que confía en Ti hasta el final. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por la fortaleza y poder que me das bajo estas circunstancias actuales; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!