MARCOS 16:15-20 (NTV)
Entonces les dijo:
“Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que se niegue a creer, será condenado. Estas señales milagrosas acompañarán a los que creen: expulsarán demonios en mi Nombre y hablarán nuevos idiomas. Podrán tomar serpientes en las manos sin que nada les pase y, si beben algo venenoso, no les hará daño. Pondrán sus manos sobre los enfermos, y ellos sanarán”.
Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con ellos, fue levantado al Cielo y se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Y los discípulos fueron por todas partes y predicaron, y el Señor actuaba por medio de ellos confirmando con muchas señales milagrosas lo que decían.
♥ A todos los verdaderos seguidores de Jesucristo nos fue dada una visión y una misión de parte de Él, la cual debemos cumplir con denuedo, “La Gran Comisión”.
☝🏼Entonces ¿Cuál es el verdadero, suficiente y único mensaje que el mundo necesita?
Si yo le preguntara a usted cuál es la visión y misión de la iglesia, ¿qué respondería?
Pues, aunque la iglesia realiza muchas tareas, su único mensaje para el mundo es el Evangelio de Salvación de Cristo. Todo lo demás que hacemos es simplemente una extensión al servicio de ese objetivo principal. El Evangelio que ofrecemos a los perdidos es superior a toda filosofía mundana, nunca caduca ni necesita ser enmendado; siempre es suficiente para satisfacer la mayor necesidad de la humanidad:
💞 Su reconciliación con el Creador. (2 Corintios 5:19,20)
Aunque el mensaje es siempre el mismo, los métodos de darlo a conocer son muchos, entre ellos la palabra hablada, la música, los materiales impresos y los medios electrónicos. Pero todos estos medios de comunicación requieren la participación individual del pueblo de Dios, esa es la misión; y es por eso por lo que:
¡¡¡Todo verdadero seguidor de Jesucristo tiene la responsabilidad de utilizar sus dones espirituales, talentos y habilidades que le fueron dados por Dios, para realizar con denuedo, es decir, con valentía, amor y diligencia, La Gran Comisión!!!
Algunos cristianos piensan que este trabajo ha sido dado solo a los pastores, misioneros u otras personas con un “llamado ministerial”; están equivocados, porque todos tenemos la responsabilidad de involucrarnos en la forma que podamos y en toda oportunidad que Dios nos dé. No todo el mundo está llamado a ir al extranjero como misionero, pero todos podemos dar, orar y contar a familiares, amigos y conocidos lo que el Señor ha hecho por nosotros. Si usted está realmente dedicado a sacar a la luz el Evangelio, Dios le revelará el trabajo que le está llamando a hacer.
♥ El Señor tiene un lugar para cada uno de nosotros; nadie es insignificante o inservible, todos somos llamados a evangelizar, a llevar Su mensaje de salvación al mundo, esa es nuestra principal visión y misión para la vida.
CONFESIÓN DE FE:
EL FACTOR LIMITANTE NO ES LA CAPACIDAD DEL SEÑOR DE USARME, SINO MI DISPONIBILIDAD A SU LLAMAMIENTO, POR ESO RESPONDO AFIRMATIVAMENTE PARA LLEVAR A CABO CON DENUEDO LA VISIÓN Y LA MISIÓN QUE ME ENCOMENDÓ; Y HOY LE DIGO: ¡HEME AQUÍ SEÑOR, ENVÍAME A MÍ!
ORACIÓN:
Dios y Señor mío, El Yeshuati, el Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Amado Padre Celestial, yo sé que Tú mismo eres la única fuente de salvación, sé que quieres salvar a tu creación por medio de tu amado Hijo Jesucristo, así que cada individuo debe personalmente conocerlo como el “Dios de Mi Salvación”, pero nosotros tenemos la tarea de dar esta buena nueva. Por eso hoy te doy gracias por escogerme para servirte. Cuando digo ¡heme aquí envíame a mí!, es porque realmente estoy dispuesto y disponible, y creo firmemente que este es el verdadero, suficiente y único mensaje que el mundo definitivamente necesita, y que la visión y misión que me has encomendado de cualquier forma se tiene que realizar. Solo te pido que por medio de tu Palabra y tu Espíritu Santo me des el poder para hacerlo con denuedo, y la sabiduría para obtener revelación correcta del trabajo que debo llevar a cabo. Gracias Padre Celestial por tu mensaje de amor y salvación; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!