AMOR DE PADRE

LUCAS 15:11-24 Para ilustrar mejor esa enseñanza, Jesús les contó la siguiente historia:

Un hombre tenía dos hijos. El hijo menor le dijo al padre: «Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras». Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos. Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada. Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país, y él comenzó a morirse de hambre. Convenció a un agricultor local de que lo contratara, y el hombre lo envió al campo para que diera de comer a sus cerdos. El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada. Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: «En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero'». Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo». Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: «Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado». Entonces comenzó la fiesta. (NTV)

♥ Del poder del amor de padre.

A veces, cuando leemos la Biblia, no captamos todo el significado de ciertas palabras por las limitaciones de nuestro idioma. Por ejemplo, en castellano solamente tenemos una palabra para «amor», pero las cartas originales de Pablo, escritas en griego, utilizan dos palabras. Los creyentes tenemos la promesa de que el amor de Dios habitará en nosotros (Efesios 3:19). Pero a menudo pensamos que se refiere al amor fileo, el afecto fraternal, pero la verdad es que el Espíritu Santo manifiesta el amor ágape en nosotros, el amor abnegado y desinteresado.

Nosotros, también, tenemos la capacidad de reflejar el mismo amor que el Señor Jesús demostró en el Calvario. Él describió sutilmente el poder de este amor en su parábola del hijo pródigo. El padre debió de haberse dado cuenta de que el egoísmo y deseo por viajar estaban consumiendo al joven, y que negarle su petición de recibir anticipadamente su herencia lo llevaría al resentimiento. Por eso, a pesar de su sacrificio personal y monetario, el padre le dio a su hijo la herencia. Después, esperó mientras el pródigo aprendía su lección. No cabe duda de que fue un tiempo difícil. Un buen padre quiere proteger a sus hijos de los errores. Pero el hombre sabio también sabe que las personas deben descubrir las duras verdades por sí mismas. A veces, lo mejor es hacernos a un lado.

♥ El hijo pródigo regresó al hogar, sucio, contrito y buscando un lugar entre los sirvientes, pero lo que recibió fue todo el amor de su padre y la restauración inmediata como el hijo del amo.

¡¡¡Ese es el Amor Ágape, amor que gana los corazones y las mentes para el Señor!!!

CONFESIÓN DE FE:

AMO A DIOS CON TODO MI CORAZÓN, PERO NO SOLO COMO RETRIBUCIÓN AL AMOR ÁGAPE QUE ÉL TIENE POR MÍ; PROCURARE CON DILIGENCIA APLICAR ESTE MISMO TIPO DE AMOR A MIS SEMEJANTES PARA QUE APRENDAN A EXPERIMENTAR EL AMOR DE PADRE.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Rachum, Dios de Compasión y Amor Ágape (Deuteronomio 4:31). Mi amado Dios y Señor Jesús, yo se que tu naturaleza es de amabilidad y estás lleno de compasión y sentimiento por tu pueblo, y completamente libre de crueldad o mezquindad, pues eres un Dios lleno de amor sin condición, ese amor ágape que me cobija como hijo tuyo; por eso vengo hoy a tu Presencia pidiéndote que toques profundamente mi corazón para prodigar ese mismo amor a mis semejantes, sin importar si me hacen bien o mal. Gracias Señor Jesucristo por tu sacrificio en la Cruz, la muestra de amor más grande que alguien pueda darnos; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

Juan Manuel Lamus O.

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