MECÁNICO

HEBREOS 13:6 Así que podemos decir con toda confianza: “El Señor es quien me ayuda, por tanto, no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?”. (NTV)

De cuando subestimamos el poder de los atributos de Dios cuando viene en nuestro auxilio, e insistimos en recurrir a nuestra autosuficiencia.

Una vez iba un hombre en su automóvil por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto, su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía. Pensaba que pronto podría encontrar cuál era la falla del auto pues hacía muchos años que era suyo y lo conducía, sin embargo, después de un largo rato se dio cuenta de que no encontraba el daño del motor. En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un hombre a ofrecerle su ayuda; entonces le preguntó:

  • ¿Puedo ayudarle en algo?

El dueño del auto varado dijo:

  • Mire, este es MI auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano, por lo cual no creo que usted sin ser el dueño pueda hacer algo.

El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:

  • Bueno, haga el intento, pero no creo que pueda pues este es MI auto.

El hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar. El dueño del auto quedó atónito y preguntó:

  • ¿Como pudo arreglarlo si es MI auto?

Entonces el hombre le contestó:

Me presento, mi nombre es Felix Wankel, ¡yo inventé el motor rotatorio que usa su auto!

(Anécdota de la vida real)

Cuántas veces nos encontramos en dificultades y le decimos a Dios: “esta es MI vida”, “este es MI destino”, “esta es MI familia”. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues “es MI vida y YO puedo con ella”.

Te voy a hacer unas preguntas, quizás puedas reflexionar:

¿Quién hizo la vida? ¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién creó la familia?

Solo Aquel que es el Autor de la vida y el amor,

puede ayudarte cuando te quedes varado en la carretera de la vida…

¡¡¡No subestimes el Poder y el Amor de Dios!!!

CONFESIÓN DE FE:

YO ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO Y SEGURO DE QUIEN ES MI SEÑOR, Y CONFÍO SIEMPRE EN EL PODER DE SUS ATRIBUTOS, POR LO CUAL ACUDO A SU AYUDA SIEMPRE Y LA RECIBO SIN CONDICIONES, SIN CREER QUE YO PUEDO SOLO.

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Rachum, Dios de Compasión y Misericordia (Deuteronomio 4:31). Amado Dios y Señor Nuestro, sé que tu naturaleza es de amabilidad y estás lleno de compasión y sentimiento por tu pueblo. Por eso, mi Señor, quiero decirte: Gracias, gracias porque hasta aquí me has ayudado.  Estoy donde estoy y hago lo que hago no por mi fuerza, sino porque Tú me has ayudado, sostenido y guardado.  A veces puedo creerme autosuficiente en medio de las dificultades en el camino de la vida, pero hoy quiero recordar que mi vida está en tus manos y Tú la sostienes y la fortaleces.  Si hasta aquí me has ayudado, eso me da la certeza de que aún mañana y el próximo mes y año, Tú me ayudarás. Gracias Espíritu Santo por tu amor, tu misericordia, tu compasión, tu cuidado y tu dirección, gracias por ser mi ayudador en todo lugar y circunstancia; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!

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