PERSISTENCIA

GÉNESIS 12:7-9 Entonces el Señor se le apareció a Abram y le dijo:

  • “Daré esta tierra a tu descendencia”.

Y Abram edificó allí un altar y lo dedicó al Señor, quien se le había aparecido. Después Abram viajó hacia el sur y estableció el campamento en la zona montañosa, situada entre Betel al occidente, y Hai al oriente. Allí edificó otro altar y lo dedicó al Señor, y adoró al Señor. Entonces Abram continuó viajando por tramos en dirección sur, hacia el Neguev. (NTV)

La fe demanda persistencia, y más en medio de las circunstancias difíciles y adversas.

En el momento que confiamos en Jesús como Señor y Salvador, entramos en una vida de fe. Es decir, vivimos con la seguridad de que Dios es todo lo que Él dice ser y que hará todo lo que promete hacer.

La salvación es instantánea, pero se necesita toda una vida para aprender y comprender lo que eso implica:

En cuanto somos salvos, Dios comienza el proceso de santificación, enseñándonos a ser como Él. Es un proceso ya que toma tiempo aprender a andar por fe, confiando en lo que no podemos ver. Aun cuando el Espíritu de Dios vive en nosotros, luchamos con nuestra “carne”. Si bien deseamos hacer lo que Dios dice y ver como Él ve, debido a nuestra vieja naturaleza pecaminosa, flaqueamos y hacemos cosas con nuestras propias fuerzas, de acuerdo con nuestro razonamiento, y entonces terminamos gratificando la carne. De manera que, debemos cada día decidir seguir el camino de Dios, escuchar su voz y seguir sin reparos sus instrucciones.  Y una de las maneras más importantes para madurar en la fe, es aprender a escuchar a nuestro Padre Celestial, puesto que hacerlo no es una tendencia natural, es necesaria la autodisciplina, es decir la persistencia. Lo mejor es fijar una hora específica cada día para meditar en la Palabra de Dios. Espere con ansias que Jesús le hable y escuche bien lo que Él le diga. Escriba notas en su Biblia, o en el cuaderno de sus conversaciones con Dios, anotando la fecha y lo que el Señor le ha inspirado. Después, aplique la verdad que ha aprendido y observe los resultados.

¡¡¡Escuchar la voz de Dios y estar en armonía con su Espíritu,

es vital para andar por fe, pero estas cosas no ocurren por casualidad,

sino que exigen una resuelta persistencia!!!

CONFESIÓN DE FE:

AL IGUAL QUE CON EL EJERCICIO FÍSICO, ENTRE MÁS FORTALEZCO MI MÚSCULO ESPIRITUAL, LA FE, MÁS SE CONVERTIRÁ ESTE PROCESO EN PARTE DE LO QUE SOY, Y PARA ESTO DEBO ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS CON PERSISTENCIA Y ANDAR ASÍ EN ARMONÍA CON SU SANTO ESPÍRITU.

ORACIÓN:

Dios y Padre Nuestro, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú eres el Fuerte y sé que deseas hacernos fuertes también, es por eso por lo que cuando nos damos cuenta de que somos débiles, entonces solo Tú puedes hacernos fuertes, cuando escuchamos tu voz y andamos en armonía con tu Espíritu Santo. Por eso hoy vengo a tu presencia a darte gracias, Padre Celestial, pues me has dado miles de razones para confiar en Ti, creer sin vacilar en lo que dices y de esta forma ser persistente en fortalecer mi fe. Yo pondré en práctica tus preceptos y me apropiare de las promesas que me has dado en tu Palabra, de manera que puedo andar por fe y no por vista. Gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo por darme la fortaleza espiritual, yo pondré la persistencia necesaria para andar de tu mano; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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