PROVISIÓN ABUNDANTE

SALMO 103:2 (NBV)

Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de las cosas buenas que Él te da. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus enfermedades, y rescata tu vida del sepulcro. Te rodea de tierno amor y misericordia. Llena tu vida de cosas buenas. Te rejuvenece como a las águilas.

Nuestro Padre celestial es Jehová Jireh, el Gran Proveedor de toda la Tierra y de todo ser sobre ella, por eso es importante ser agradecido por su provisión abundante.

¡¡¡Dios da la lluvia cuando la Tierra necesita refrescarse, Él llama al sol desde su escondite cuando la Tierra necesita calor, Él les da a los animales su comida, a las flores su belleza, a las aves su refugio, y a ti y a mí todo lo que necesitamos!!!

Era un soleado y caluroso día de verano, la mayoría de las personas había decidido quedarse en el resguardo de su casa, pero entonces algo rompió la monotonía del momento, eran gritos de alegría que venían del patio de una de las casas. La razón, un par de niños que se tiraban agua con la manguera del jardín, como una forma de apaciguar aquel terrible calor.

El agua que brotaba de la manguera del jardín, me hizo pensar en las abundantes bendiciones que Dios derrama sobre todos sus hijos, y en la importancia de que nosotros seamos capaces de reconocer y agradecer por todo lo que hemos recibido inmerecidamente, por eso quiero agradecer como el salmista: (Salmo 68:19 RV60)

Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación.

Sin embargo, a pesar de saber que Dios nos ha provisto con innumerables cosas buenas, cuando algo malo nos ocurre, por ejemplo, una enfermedad nos ataca o las relaciones personales empiezan a complicarse, es muy sencillo perder la perspectiva y empezar a quejarse, dejando de ver las abundantes bendiciones que brotan de Dios, para empezar a ver los charcos de agua cuyo sabor no satisface, y buscamos alternativas que casi siempre no son las más convenientes.

Es por esta razón por lo que en el pasaje que estudiamos hoy, David nos recuerda no olvidarnos de todo lo que Dios nos ha provisto, y entre todo habernos rescatado de un destino final de perdición, para darnos vida eterna de una manera misericordiosa y llena de gracia. (Vs.3-5)

En nuestro motivo de oración de hoy, dediquemos el 90% del tiempo a agradecer y reconocer las abundantes provisiones Divinas que inundan nuestra vida.

CONFESIÓN DE FE:

TRABAJARÉ CON TODO MI SER PARA NO OLVIDAR Y CONTAR LAS CASCADAS DE BENDICIONES QUE HE RECIBIDO DE MI DIOS Y MI SEÑOR JESUCRISTO, EMPEZANDO POR MI SALVACIÓN. ENTONCES BUSCARÉ CON MÁS FE EN ÉL, Y DE ÉL, PARA MI PROVISIÓN EN TODOS LAS ÁREAS DE MI VIDA.

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Jireh, nuestro Único y Abundante Proveedor (Génesis 22:14). Dios y Señor mío, mi amado Jesucristo, creo en tu Palabra y tengo temor, respeto y reverencia por ella y por Ti, pues Tú la has lanzado al mundo espiritual y sé que tiene un efecto poderoso, allí y en mi vida. Es bien claro cuando dices en ella que Tú mismo, el Dios quien me cuida en todos los aspectos de mi vida, eres quien me da, por medio de la fe, el poder para producir lo que necesito, pero yo entiendo claramente que eres Tú quien suples todo lo que necesito, de las gloriosas riquezas que me has dado por medio de Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo, pues creo en la abundante provisión por tu amor infinito y tus enseñanzas como grifos inacabables; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!

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