2 CORINTIOS 9:8-11 (NTV)
Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros. Como dicen las Escrituras:
“Comparten con libertad y dan con generosidad a los pobres. Sus buenas acciones serán recordadas para siempre”.
Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para comer. De la misma manera, Él proveerá y aumentará los recursos de ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes. Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para que siempre puedan ser generosos; y cuando llevemos sus ofrendas a los que las necesitan, ellos darán gracias a Dios.
♥ Esta debe ser nuestra obra de amor y una evidencia de nuestro sacerdocio.
¡¡¡El sacerdocio y las obras van de la mano!!!
El verdadero seguidor de Jesucristo es alguien a quien Él usa para realizar Su Obra en la Tierra, por lo tanto, servir a Dios es más que simplemente hacer algo; trabajar para el Señor define también lo que somos, Sus sacerdotes
Después de unirse a la familia de Dios, los creyentes que llegan a ser discípulos se reconocen por su fruto, que incluye el servicio que hacen para Él y para los demás. De hecho, el Señor rescata a las personas del pecado para que puedan hacer la obra que Él se ha propuesto (Efesios 2:10). Se ha dicho con frecuencia que somos las manos y los pies de Dios en este mundo. El mismo Padre que nos llama a trabajar en su Nombre, a ser sus sacerdotes, da también los recursos necesarios. Como dijo Pablo, el Señor hace que sus hijos sean ricos en gracia, para que abunden para toda buena obra. Además, somos equipados con su Palabra y fortalecidos y guiados por su Espíritu Santo (2 Timoteo 3:16,17). De estas fuentes, los cristianos aprenden a relacionarse con otros, para poder ayudarles, estimularles y responder a sus necesidades.
Que quede claro que las obras no tienen nada que ver con la salvación. Somos salvos por gracia solo por medio del sacrificio de Jesús en la cruz. Después de que eso sucede, el creyente está motivado para hacer el bien en el Nombre del Señor, para agradarle a Él. Estamos llamados a exteriorizar nuestra fe cada día. Dios obra a través de nosotros para alcanzar a quienes, de otra manera, es posible que nunca lean la Biblia o entren a una iglesia. Es más, el Señor toma prestada nuestra voz para contar su historia, y usa nuestra vida para demostrar su gracia y su gloria.
♥ Las buenas acciones son la obra de amor del seguidor ejerciendo su sacerdocio.
CONFESIÓN DE FE:
PROCURARÉ CON DENUEDO HACER OBRAS CON GENEROSIDAD Y ASÍ PODER DEMOSTRAR EL AMOR DE CRISTO QUE HABITA EN MÍ, POR SU GRACIA Y GENEROSIDAD, Y TAMBIÉN HACIENDO EVIDENTE EL LLAMADO QUE ME HIZO PARA QUE SEA UN SACERDOTE DE SU REINO.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Juan 1:16,17). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, hoy sé que tu naturaleza está llena de Gracia, para dar generosamente, aun cuando no lo merezcamos, y es así como has dado tu vida en rescate por mí, y has implantado en mi tu amor y el sacerdocio a través de este sacrificio, por eso hoy acudo a Ti, clamando con vehemencia para que las obras que yo pueda hacer sean para tu gloria, para que otros puedan experimentar ese mismo amor incondicional tuyo, y nada de mi humanidad esté involucrada en esto. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu amor y tu ejemplo y por permitirme trabajar para Ti siendo tu sacerdote, pues es un honor y un privilegio; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!